En el calor de la noche de neón

Tras ser nominados al BAFTA por su cortometraje “Femme” en 2021, los cineastas Sam H. Freeman y Ng Choon Ping han debutado en el formato largo con esta versión ampliada. El resultado es una historia desgarradora de venganza que desafía las respuestas simples a preguntas profundas sobre sexualidad, identidad de género y masculinidad tóxica.

MacKay da vida a Preston, un prototípico tipo duro que se siente atrapado en sus propias dudas de identidad sexual. Se une a él Nathan Stewart-Jarrett, interpretando a Jules, la drag queen brutalmente atacada por Preston y que busca su venganza.

Lo fascinante de este “Femme” radica en su decisión de otorgar protagonismo a ambos antagonistas, permitiendo que el espectador, a pesar de los terribles actos de Preston al inicio del filme, pueda empatizar con él.

Los personajes centrales, si bien pueden abrazar ciertos estereotipos, poseen una profundidad que plantea numerosos dilemas. Son seres humanos llenos de matices, luchando contra sus propios traumas. Esta elección también permite a los directores explorar temas cruciales relacionados con la comunidad LGTBI.

La película reflexiona sobre deseos reprimidos, presión social y plantea debates morales necesarios y valientes. La producción en su conjunto es meticulosa. El trabajo fotográfico de James Rodhes es impecable y crea una atmósfera de penumbra teñida con luces de neón.

La crudeza de las calles y la forma en que se exploran estos entornos otorga un realismo que encaja perfectamente con la visión de los directores. Además, el desarrollo de los personajes y la trama principal logran que desde el inicio hasta el final se invite al espectador a ser partícipe de un descenso a los infiernos tan impactante como seductor.&indentHere;