04 ENE. 2024 KOLABORAZIOA Con los «pantalones bajados» y las gambetas de Milei José Luis LANAO Periodista La escultura “Pantalones Bajados”, expuesta en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, transmite una fuerza de carácter simbólico de un gótico arrasador. Uno se pregunta si la pieza se llegó a vender. Como se percibe en la foto, no es fácil acertar con ella. Es una obra que sobrevive con lo justo, sin relleno, sin grasa. Desnuda una estética iluminadora, de una alegoría irrefrenable, demasiado provocativa para un ático de la Quinta Avenida de Nueva York. Sin embargo, quedaría muy bien integrada en el «hall» de entrada del despacho de Milei, junto a esa otra gran obra abstracta e inclasificable llamada DNU. Un texto que deja al pueblo argentino con sus partes bajas a la intemperie, con los pantalones caídos hasta los tobillos, en una clara «performance» de vejación, de humillación y desprecio. Sabemos que se puede vivir con las manos en alto sin necesidad de levantarlas, y con los pantalones caídos sin necesidad de bajártelos. Esa metáfora antigua de modelos de humillación diseñados sobre patrones neoliberales cada vez mas salvajes, más desregularizados, más excluyentes, más desiguales. Una injusticia social omnipresente, cuyo arraigo se construye sobre el silencio de quienes la padecen. Ese legendario desprecio hacia los humillados, que determina que la mano de obra debe ser vulnerable, con salarios bajos, contratos basura, y trabajos temporales, para que el humillado se «fortalezca» en su vulnerabilidad. Que se de cuenta que tiene lo que se merece, de que la culpa es suya, por que si la culpa fuera del sistema habría que cambiarlo. La actitud más relevante en nuestro tiempo ya no es vivir, sino la capacidad económica de crear valor. Así, el DNU de urgencia y necesidad se ha activado con excesiva celeridad en cuestiones tan «apremiantes» como la privatización del fútbol argentino. Esas «gambetas» de Milei, que demuestran el poco respeto que se tiene para validar una manera tan infame y desvergonzada de ejercer el poder. Las Sociedades Anónimas Deportivas necesitan ya de su legitimidad, nos dicen. Los mastines negros del mercado no dejan de ladrar. Marcos Galperin, CEO de Mercado Libre, tampoco deja de babear. El hincha de Independiente, «huido» al Uruguay para pagar menos impuestos, declaró: «Te mintieron durante 80 años, y ayer te dijeron toda la verdad en 10 minutos». Sublime. No tardan en llegar los zorros gritando que viene el lobo. Ya no tenemos tiempo de tener tiempo. Necesitamos comprender cómo somos mirándonos en el certero espejo de lo que fuimos. Revisitar el pasado, sentir de nuevo lo que un día sentimos, y ver la vida con los ojos de entonces. A las ideas de la justicia social no se las abandona, se las rescata, como a los hijos, a los amigos, y a los libros prestados. Somos el paisaje en el que crecimos. Hay que dejar ya de ser presente para volver a ser futuro. ©Página12 La actitud más relevante en nuestro tiempo ya no es vivir, sino la capacidad económica de crear valor