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OSASUNA

El olfato de Budimir evita problemas a los rojillos ante el colista Almería

La escuadra navarra finaliza la primera vuelta en números de permanencia -22 puntos-, sumando su segunda victoria consecutiva en El Sadar, otra vez por la mínima, hundiendo todavía más a un inocente Almería que apenas generó peligro ante Herrera.

Budimir trata de controlar un balón ante la presencia de Aimar. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Osasuna sumó ante el colista Almería su segundo triunfo seguido en El Sadar, de nuevo por la mínima, como ya sucedió frente al Rayo. La escuadra navarra comienza con buen pie 2024 y finaliza del mismo modo una irregular primera vuelta. La victoria frente al conjunto andaluz permite a los de Jagoba Arrasate alcanzar la cifra de 22 puntos, guarismos de permanencia.

El triple casero se materializó gracias a la novena diana liguera de Budimir -el mejor promedio goleador del croata vistiendo la elástica rojilla-, que supone la número 36 en Primera desde que llegó a Iruñea, lo que le permite igualar a artilleros históricos como Irigibel y Echeverría.

El tanto del ariete balcánico le dio un respiro al bloque local ante el cargado enero que se le viene encima, con la disputa añadida de Copa y Supercopa. Osasuna fue práctico ante el deshauciado Almería, ofreciendo fases de dominio y ocasiones con otras menos glamurosas, especialmente una segunda parte en la que, sin jugar con fuego gracias a la inocencia del rival, sí que dejó una imagen bastante más plana y conservadora.

Como era de esperar tras lo ocurrido en Mallorca, el técnico de Berriatua actuó sobre el once, devolviéndole la titularidad a Aimar e Iker Muñoz, además de a Catena y Chimy Ávila, estos dos últimos en detrimento de Juan Cruz y Arnaiz, una decisión menos esperada, pues ni el madrileño ni el talaverano fueron de lo peor en Son Moix.

No obstante, el delantero fichado este verano rápidamente dispuso de una nueva oportunidad, pues al cuarto de hora el de Rosario se lesionó en su gemelo izquierdo y pidió el cambio, después de ejecutar una chilena que se marchó por encima del larguero andaluz. Ese lance y sendas jugadas rematadas por Catena -un cabezazo por encima del larguero y un disparo que golpeó en el cuerpo de Arribas- fueron lo más destacado antes de la jugada clave del partido.

TRANQUILIDAD

Sin cumplirse la media hora de juego, el Almería no estuvo contundente en propia área para despejar un balón y, tras varios rechazos y pugnas, el cuero acabó en las botas de un Budimir que se sabe tocado con la varita mágica esta campaña y que, con frialdad eslava, lo puso pegado a la base del poste.

El rival se quejó de una posible falta de Catena sobre Ramazani en una disputa previa, pero Soto Grado hizo caso omiso de los lamentos y corroboró que el gol subiese al marcador y premiase así el mejor hacer de los rojillos. El 1-0 además les hizo crecer enteros, bastante más serenos y efectivos a la hora de manejar la pelota ante un adversario que desapareció del campo.

Sin embargo, la dinámica no dispuso de continuidad tras el paso por vestuarios. Osasuna se concentró en imponer un ritmo más cansino e incluso le permitió al Almería un dominio, estéril eso sí, pero que llevó la incertidumbre a la grada hasta los últimos minutos, habida cuenta de la escasa diferencia en el luminoso. De cualquier balón suelto podía generarse un disgusto.

No ocurrió, pero los pupilos de Arrasate ofrecieron un desempeño bastante menos acorde a sus genes deportivos en la segunda mitad y el preparador vizcaino no tuvo tapujos en reconocerlo a la conclusión del envite. A falta de buen fútbol, al menos los puntos se quedaron en el zurrón rojillo para encarar la segunda vuelta con mayor confianza y serenidad.