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DE REOJO

Variados efectos colaterales


Todas las guerras producen efectos colaterales, que es la manera que tienen los propagandistas de las propias guerras de intentar aliviar las desgracias directas de bombardeos, invasiones y demás acciones que forman parte de la liturgia guerrera pero que no quieren sus responsables hacerse cargo de ellas de manera total y crean unas pantallas de excusas y engranajes de conceptos y fraseología para convencer a una mayoría de que eso es culpa del otro, porque todas las guerras son siempre culpa del otro.

Los cientos o miles de muertos de civiles son efectos colaterales, la destrucción de ciudades, fábricas, vías de comunicación y plantaciones son otra parte, pero cuando el mundo es tan complejo, o están tan enmarañados los intereses económicos de quienes están inmersos en un conflicto bélico, nos pueden llegar noticias de situaciones creadas que parecen una trama difícil de racionalizar. Pongamos que lo que sucede en el mar Rojo, con intervenciones de milicias yemenís, flotas americanas, compañías aseguradoras y navieras asustadas forman un núcleo de influencias y desatinos que nos coloca ante lo impensado.

Se están utilizando tantos misiles en las guerras activadas, que escasean y las fábricas no dan abasto a su fabricación. Entre otras razones por la cantidad de los que se usan para matar y porque no les llegan los suministros a tiempo. Michelin anuncia que dos de sus fábricas van a parar la fabricación porque no les está llegando el caucho en la cantidad requerida. El puerto de Valencia sufre una caída de trabajo importante. Por no hablar del petróleo.