«La moción de censura es una herramienta a la que no renunciamos, pero creemos que las causas han de ser atribuibles a las actuaciones municipales del actual equipo de Gobierno». De esa manera respondió Lasa Bai, grupo escindido del PNV tras las elecciones municipales de mayo, a la oferta de moción de censura realizada por EH Bildu para desalojar al PP de la Alcaldía de Bastida.

Lasa Bai lamentó que, «de nuevo, los argumentarios sacados de discursos recitados en parlamentos como los de Madrid o Vitoria y acordados en esferas que nada tienen que ver con las gentes de este pueblo vuelven a salpicarnos».

Incidieron en que «hace ya siete meses nos rebelamos contra este tipo de acciones, que no hacen más que dañar al pueblo y a su gente». Indicaron que la propuesta «nos coge por sorpresa».

«No obviamos las vomitivas acciones llevadas a cabo en otros puntos del Estado entre la derecha y la ultraderecha, pero de ahí a achacarlo a la actual corporación hay un abismo», añadieron. Advirtieron de que «si todavía hay alguien que no sepa que cinco -en alusión a los ediles que suman Lasa Bai y EH Bildu- suman más que cuatro -los concejales del PP- y que la llave de la gobernabilidad de Labastida recae en la composición de mayorías, tiene que volver a darse una vuelta por clase de matemáticas».

«Finalmente, nos gustaría haber podido escuchar las propuestas que EH Bildu tiene para Labastida y Salinillas antes de esparcir la nota de prensa por periódicos, TV y radio», añadieron.

LA POLÉMICA DECISIÓN DEL ABB

El PNV tuvo la posibilidad de hacerse con la Alcaldía de la localidad con el apoyo de EH Bildu, pero el ABB decidió que no. Ante ello, Edu Barinaga, cabeza de lista, renunció a su acta de concejal.

En el pleno para la elección del alcalde los tres ediles del PNV anunciaron que dejaban el partido con «impotencia y asco».