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Nuevos ataques contra los hutíes que prometen «no quedarán sin castigo»

Un día después de los ataques estadounidenses y británicos contra instalaciones del movimiento hutí en Yemen, que desencadenaron protestas masivas en la capital Saná, y de que los países de Oriente Medio expresaran su temor a un desbordamiento de la guerra en la región, EEUU volvió a atacar «para proteger el transporte en el Mar Rojo».

Manifestantes yemeníes en un protesta en Sanaa contra los ataques de las fuerzas estadounidenses y británicas. (Mohammed HUWAIS | AFP)

EEUU llevó a cabo a primeras horas de ayer nuevos ataques contra las fuerzas hutíes de Yemen después de que la administración del presidente Joe Biden prometiera «proteger el transporte marítimo en el Mar Rojo». Los ataques, que según los militares de EEUU se realizaron desde el destructor de misiles guiados Carney utilizando misiles Tomahawk, tuvieron como objetivo instalaciones de radar «para degradar la capacidad de los hutíes de atacar buques marítimos, incluidos los comerciales».

El canal de televisión del movimiento hutí “Al-Masirah” informó por su parte que EEUU y Gran Bretaña estaban atacando la capital yemení, Sanaa. Mientras tanto, en las capitales de Oriente Medio crecía la preocupación en torno a un conflicto regional cada vez mayor, horas después de que aviones de combate, barcos y submarinos estadounidenses y británicos lanzaran docenas de misiles contra objetivos controlados por los hutíes en todo Yemen, que ha presentado su campaña marítima como apoyo a los palestinos bajo asedio de Israel en Gaza.

«ESPERAMOS REPRESALIAS»

Según afirmó el portavoz de los hutíes, Mohammed Abdulsalam, a Reuters «los ataques no tuvieron un impacto significativo en nuestras capacidades para seguir impidiendo que los buques afiliados a Israel atraviesen el Mar Rojo y el Mar Arábigo». El funcionario hutí, Nasruldeen Amer, en declaraciones a Al Jazeera, dijo que no hubo heridos en el último ataque y prometió «una respuesta y un castigo fuerte y efectivo».

Por su parte, el director del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el teniente general Douglas Sims, dijo a los periodistas que los hutíes ya habían disparado al menos un misil antibuque en respuesta a los ataques. Sims adelantó que «esperamos más ataques hutíes, su retórica ha sido bastante fuerte y bastante alta, y esperamos que intenten algún tipo de represalia. Espero que no tomen represalias, pero estamos preparados en caso de que lo hagan».

«BOMB FIRST, THINK LATER»

En este contexto, la ONG contra la pobreza Global Justice Now afirmó que «‘Bombardear primero, pensar después’ es nuevamente el principio rector de la política británica y estadounidense en Oriente Medio». Su director, Nick Dearden, añadió que «Yemen es un país desesperadamente pobre, y Gran Bretaña y EEUU son cómplices de su empobrecimiento, ya que han respaldado los mortíferos ataques de guerra saudíes allí durante años».

E insistió en que «el respaldo al ataque de Israel contra Gaza ha inflamado la opinión en toda la región. En lugar de recurrir a la diplomacia para poner fin al derramamiento de sangre, EEUU y Gran Bretaña están echando más leña al fuego, en una espiral mortal de violencia. No hablan en nuestro nombre y llamamos a todos los ciudadanos a exigir el fin de esta guerra».



El temor paralizante al posible desbordamiento de la guerra

El movimiento hutí, que controla gran parte de Yemen y sus recursos hídricos, la capital Sanaa y un territorio en el que vive el 80% de la población, se ha fajado durante una década en una guerra contra una coalición liderada por Arabia Saudí, y respaldada con armas e inteligencia por Occidente.

Sin embargo, no todos los aliados de EEUU respaldan los ataques en Yemen. Países Bajos, Australia, Canadá y Bahréin brindan apoyo logístico y de inteligencia, mientras que Alemania, Dinamarca, Nueva Zelanda y Corea del Sur firmaron una declaración conjunta defendiendo los ataques y advirtiendo de nuevas acciones. Sin embargo, los estados español y francés, junto con Italia, optaron por no firmar ni participar por temor a una escalada descontrolada que desborde la guerra, potencialmente hasta convertirla en un conflicto bélico global. GARA