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DE REOJO

Soluciones apócrifas


Además de la beligerancia exterminadora del gobierno israelí, la idea que se está empoderando internacionalmente de dos Estados, es tan antigua como el conflicto. Pero el ya existente Estado de Israel no ha hecho otra cosa que torpedear en todos los estamentos esa posibilidad. Hamás, que todos los interesados en el asunto aseguran que es algo potenciado, financiado, propiciado por Israel, es justamente una herramienta para hacer imposible esa situación de dos Estados que, en estos momentos, mirando el mapa actual, parece casi imposible establecer, por mucho que se hable de un corredor, una salida al mar y cuarenta adendas más a la propuesta avalada hace años en la ONU.

Se intenta poner en valor una solución que puede parecer que procede del pensamiento mágico: la creación de un nuevo Estado, con dos divisiones autonómicas, para explicarnos, con estatutos y constituciones muy equilibradas. Un Estado Palestino-israelí. O viceversa. Uno único. Donde convivan todos bajo una misma égida. Con sus diferencias. Con Jerusalén como capital Y una vez que se va uno adentrando en estas posibilidades se encuentra con todas las dificultades que parecen imposibles de resolver pero que, apurando las argumentaciones y colocándonos en un punto de optimismo enajenante, podría ser en un futuro una posibilidad.

Soluciones apócrifas, pero propuestas para establecer unos debates que se fundamenten en la vida, la historia, las concomitancias, que respeten las creencias y los intereses económicos. Es decir, deberían ponerse todos los dioses a colaborar en el milagro.