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ATHLETIC

Los rojiblancos pasan del heavy metal de la Copa a una balada sosa

En un partido algo espeso, poco fluido, sin muchas ocasiones ni ideas y con varios cambios en el once, los rojiblancos lograron un punto en el estreno de Pellegrino que los mantiene en zona Champions.

Vivian y Ander Herrera intentan robar el balón a Chris Ramos en una jugada trabada. (Cristina QUICLER | AFP PHOTO)

En estos tiempos en los que Jürgen Klopp está en boca de todos los amantes del fútbol después de dar a conocer que abandonará el Liverpool a final de temporada, no está de más recordar aquel heavy metal de juego que mencionaba el técnico alemán. El Athletic lo puso en práctica el pasado miércoles, en los cuartos de final de Copa ante el Barça de un Xavi que tampoco seguirá en el banquillo culé más allá del 30 de junio. Su juego maravilló y el resultado acompañó.

Sin embargo, ayer en Cádiz ese juego vistoso se convirtió en una balada espesa, sin ideas, poco fluida y sin ocasiones, pero al menos el resultado acompañó para mantener distancias con los perseguidores por ese puesto Champions.

Como era previsible, Ernesto Valverde introdujo varios cambios en el once para dar descanso a sus titulares indiscutibles. Dejó en el banquillo a Nico Williams, Guruzeta y Sancet, y alineó a Iñaki Williams por la izquierda, Unai Gómez de mediapunta tras su gran partido copero, Adu Ares en la banda derecha y a Asier Villalibre solo en punta.

Bien por los minutos acumulados tanto en Copa como en Liga, o bien porque Mauricio Pellegrino, en su estreno en el banquillo gaditano, lo impidió, lo cierto es que los rojiblancos no mostraron su juego habitual de esta temporada. Es más, en la primera mitad fue el conjunto local quien tomó la iniciativa y pudo adelantarse. Pero ahí estuvo el meta Unai Simón para evitar sendos disparos de Rubén Alcaraz (m.28), en un libre directo, y Rubén Sobrino (m.37).

Tras el paso por los vestuarios, Ernesto Valverde tomó cartas en el asunto con un triple cambio en el minuto 52. Entraron Yuri, Sancet y Jauregizar. El Athletic se hizo con el timón del partido y le comió el terreno al Cádiz, pero Pellegrino tenía sus ideas muy claras y decidió amarrar el punto mientras los dos porteros podían haberse retirado a vestuarios antes del pitido final.