GARA
ROMA

Meloni desvela un multimillonario plan para frenar la migración desde África

Italia desveló ayer un ambicioso y multimillonario plan de ayuda para África a cambio de una mayor cooperación en materia migratoria para frenar la partida de embarcaciones desde sus costas. El anuncio coincidió en el tiempo con el aval del Constitucional de Albania al acuerdo firmado con Italia para acoger a inmigrantes en su territorio.

Giorgia Meloni espera la llegada de los participantes en la cumbre de Roma.
Giorgia Meloni espera la llegada de los participantes en la cumbre de Roma. (Andreas SOLARO | AFP)

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, desveló ayer su Plan Mattei, un programa de proyectos en educación, agricultura o energía en África con el que, entre otros objetivos, pretende frenar la inmigración desde ese continente, y que cuenta con una dotación inicial de 5.500 millones de euros que saldrán de partidas para el clima y el desarrollo.

La estrategia elaborada por Meloni fue presentada en la inauguración de la cumbre África-Italia, en Roma, a la que fueron invitados 22 jefes de Estado y de Gobierno africanos, junto a los dirigentes de la Unión Africana (UA), la Unión Europea (UE) y los principales organismos internacionales.

Meloni abogó por afrontar las causas que empujan a las personas a abandonar sus hogares y llamó a brindar al continente alternativas de «oportunidades, trabajo, educación y de inmigración legal» tras defender que África «no es un continente pobre», pues posee el 30% de los recursos minerales del planeta y el 60% de las tierras cultivables.

El objetivo, señaló, es instaurar un nuevo paradigma en la relación con África, «un nuevo modelo entre iguales que rechace el enfoque depredador y sea capaz de aportar beneficios para todos».

Un centro de formación profesional sobre energía renovable en Marruecos, proyectos sobre educación en Túnez y otros para la accesibilidad a la salud en Costa de Marfil son algunos de los «proyectos piloto» del plan, que contempla otros en Argelia, Mozambique, Egipto, República del Congo, Etiopía y Kenia.

El Gobierno italiano quiere estrechar lazos con África para contener el flujo migratorio que llega a sus costas por el Mediterráneo central desde Libia o Túnez (más de 157.000 personas en 2023), pero también por cuestiones estratégicas como la energética, ya que Italia está conectada con África por dos gasoductos submarinos (lo que ha permitido sustituir a Rusia por Argelia como primer vendedor de gas tras la guerra de Ucrania).

El Plan Mattei fue bien recibido por los líderes africanos aunque el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki, dijo, a modo de reproche, que les gustaría haber sido consultados durante su preparación.

En cualquier caso, celebró este «nuevo paradigma de colaboración», pero reclamó «pasar de las palabras a los hechos», al tiempo que prometió colaborar con Italia en la contención de la inmigración hacia Europa y pidió invertir en el continente.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, destacó la necesidad de «detener la trágica pérdida de vidas» y prometió cooperar para la repatriación de inmigrantes en situa- ción irregular. «La movilidad debe ser gestionada por la ley no por los traficantes», alegó.

Parte importante de la oposición de Meloni criticó estos planes como una «gigantesca operación propagandística» y «neocolonial», en palabras del líder de la Izquierda Italiana, Nicola Fratoianni.

AVAL DE ALBANIA

Coincidiendo con el inicio de la cumbre en Roma, el Tribunal Constitucional de Albania aprobó el acuerdo bilateral firmado con Italia sobre la acogida de inmigrantes en territorio albanés.

El pacto migratorio, firmado en noviembre, prevé la construcción en Albania de dos centros de identificación y acogida de inmigrantes rescatados en el Mediterráneo, con una capacidad máxima de 3.000 personas al mes, 36.000 al año. Tiene una vigencia de cinco años, prorrogable a otros tantos.

El objetivo del acuerdo es que en los centros de inmigrantes acordados sean tramitadas las solicitudes de asilo y que, desde allí, sean repatriados aquellos a quienes se les deniegue ese estatuto, lo que reduciría el número de inmigrantes en territorio italiano.

Está previsto que los centros de detención se instalen en el puerto de Shengjin, en el mar Adriático, y en una antigua base militar de Gjader.