«Tenemos derecho a conocer toda la verdad, una verdad que nos ha sido negada durante demasiado tiempo a las víctimas provocadas como consecuencia de la violencia del Estado y a toda la sociedad navarra en general», remarcaron ayer Jorge Txokarro y Aitziber Berrueta en la nueva sede en la calle Amaia de Egiari Zor, dentro de la nueva dinámica Egiaren Garaia Da.

«Creemos muy importante que todas las víctimas de la violencia practicada o auspiciada por el Estado presenten sus solicitudes al Gobierno de Navarra para que la vulneración de derechos que hemos sufrido sea reconocida», ratificaron.

Con estas palabras, las víctimas saludaron los avances que comunicó el presidente de la Comisión de Reconocimiento y Reparación, Martín Zabalza, la víspera en el Parlamento de Iruñea.

Zabalza indicó que el nuevo marco que se está creando en el herrialde pondrá fin «a un periodo histórico de negacionismo de vulneraciones manifiestas de normas internacionales de derechos humanos». Están trabajando ya en 41 casos.

Txokarro ratificó que 312 víctimas de torturas de las 1.083 que acreditó el IVAC se han mostrado dispuestas a pasar por la comisión. Por el momento, solo diez entre los 41 expedientes abiertos. El portavoz de la Red de Personas Torturadas subrayó que no tienen prisa y que la prioridad es que el reconocimiento llegue a todos.

«Hay más expedientes de personas torturadas, pero queremos que todo se haga de manera ordenada. Lo importante ahora es que veamos que los primeros trámites tengan una segunda fase de reconocimiento, que veremos en las próximas semanas», aclaró.

No quieren dejar a nadie atrás. «Hacemos un llamamiento a ponerse en contacto con nosotros a todas aquellas personas que en un momento u otro de nuestra historia reciente han sufrido represión o violencia del Estado en sus múltiples formas», insistieron.

«Estamos dispuestas a prestar cualquier ayuda a quienes toméis la decisión de hacer este camino con nosotras, para asesorar, para resolver cualquier duda a la hora de realizar solicitudes, para escuchar vuestras inquietudes o para cuidarnos mutuamente», prometió Aitziber Berrueta.