La Real sumó otro empate sin goles muy meritorio en el campo del equipo revelación de Primera sin caer en la tentación de ahorrar energías ante la cantidad de problemas físicos que padece el equipo de Imanol para llegar más entero a la ida de la semifinal de Copa del martes en Mallorca.

Esta Real compite siempre, juegue quien juegue, y ya suma diez de los últimos trece partidos sin encajar gol porque la acumulación de esfuerzos y de lesiones le impide crear ocasiones, pero los que siguen disponibles lo dan todo sin balón y consiguen que los rivales tampoco las generen.

Y lo que hizo ayer tiene un gran mérito porque la Real se enfrentaba al equipo máximo goleador de Primera, en su campo y con muchos problemas para poder confeccionar un once de garantías. Y con una lista de lesionados que no para de incrementarse.

Imanol no alineó de salida a ninguno de los tocados desplazados a Girona -Merino, Le Normand, Urko y Zakharyan-, que se sumaban a los siete que no pudieron entrar en la convocatoria y antes de cumplirse el minuto se volvió a lesionar Odriozola, sin suerte ni continuidad en su vuelta a la Real.

SIN DOVBYK

El Girona tampoco pudo contar con el jugador más determinante de la Liga, Artem Dovbyk, sustituido por el exrealista Portu, pero los otros diez fueron los más utilizados por Míchel, que no pudieron combinar con facilidad por la presión valiente de la Real al inicio de su juego.

Imanol encomendó primero a Zubeldia y luego a Aramburu el marcaje de Miguel, el lateral izquierdo que con balón busca generar superioridad en el centro del campo, y logró que el Girona tuviera la posesión, pero sin ocasiones.

Remiro solo tuvo que intervenir en el primer tiempo en dos jugadas a balón parado rematadas por Tsygankov y Aleix García, aunque la Real necesitó que el VAR anulara un gol de Yangel Herrera por un fuera de juego registrado 40 segundos antes.

La ocasión más clara de la Real la tuvo en el inicio del segundo tiempo Becker en una jugada en la que resultó lesionado y obligó a Imanol a dar entrada a Barrene y a Merino en lugar del amonestado Turrientes. Con los cambios la Real tuvo más posesión, pero sin crear ni conceder ocasiones. Remiro encadena 664 minutos en Liga imbatido tras realizar una gran parada a disparo de Yangel en la opción más clara del Girona en un segundo tiempo que la Real acabó con diez por problemas físicos de Oyarzabal.. Y resistió.