Los exitosos productores de la factoría de terror Blumhouse Jason Blum y James Wan se han unido a la compañía Atomic Monster para transformar el multigalardonado cortometraje “Night Swim” (2014) en este largometraje que ha sido dirigido por el mismo director, Bryce McGuire.

“La Piscina” sigue al pie del dictado todos los tópicos habituales del género, pero con un giro que deja al espectador con ganas de más. El metraje comienza con la familia Waller, un clan en busca de paz y curación en su nuevo hogar. Sin embargo, la aparente tranquilidad de la piscina de aguas termales que incluye el inmueble se convierte rápidamente en un escenario de terror, cuando cada miembro de la familia se ve acosado por fuerzas sobrenaturales inquietantes. Lo que realmente destaca es el manejo del elemento del agua como símbolo tanto de vida como de peligro. La película aprovecha hábilmente la relación histórica entre el agua y lo sobrenatural, creando una atmósfera inquietante que seduce al instante. Las escenas submarinas y las perspectivas inusuales permiten que accedamos a un mundo oscuro y desconcertante donde la realidad se distorsiona y los miedos más profundos emergen a la superficie. Pero, como ocurre a menudo en este tipo de películas, la fuerza inicial cede ante la necesidad de resolver los misterios planteados. Aquí es donde la película pierde su brillo. Aunque las actuaciones son sólidas, la trama a veces se desvía hacia lo absurdo, y el acabado visual no siempre está a la altura de la cuidada puesta en escena. Aun así, hay que reconocer que McGuire ha logrado crear una película que, si bien no alcanza todo su potencial, tiene sus momentos de genuina tensión y suspense y nos introduce en un mundo de terror donde el agua, que debería ser fuente de vida, se convierte en un instrumento de terror.