GARA
LA HAYA
EL INFIERNO DE GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Palestina reclama a la CIJ que declare ilegal la ocupación israelí

Los representantes palestinos reclamaron a la Corte Internacional de Justicia que declare ilegal la ocupación israelí de Palestina, que el Tribunal analiza a petición de la Asamblea General de la ONU. Describieron que las violaciones de derechos, el apartheid, el racismo, la expulsión de sus tierras o el genocidio de Gaza, son la base sobre la que se asienta la ocupación israelí.

Varias mujeres lloran la muerte de miembros de la familia Baraka en un ataque israelí contra Deir el-Balah, en el centro de Gaza.
Varias mujeres lloran la muerte de miembros de la familia Baraka en un ataque israelí contra Deir el-Balah, en el centro de Gaza. (AFP)

El representante permanente palestino ante la ONU, Riyad Mansour, urgió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), entre lágrimas y con la voz rota en varias ocasiones, respeto al derecho de autodeterminación del pueblo palestino frente a la humillación por parte de Israel, y que declare ilegal la ocupación israelí de Palestina.

«Le pedimos que confirme que la presencia israelí en los territorios palestinos ocupados es ilegal. Repito, es ilegal. Que la presencia de sus fuerzas de ocupación y sus colonos es ilegal. Y que su ocupación debe llegar a un fin inmediato, total e incondicional», solicitó Mansour.

Mansour intervino en la sesión de la CIJ que durante esta semana estudiará las consecuencias legales derivadas de las políticas y prácticas de Israel en Palestina, para emitir una opinión consultiva solicitada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2022.

Está previsto que más de 50 Estados, la Unión Africana, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica participen en el proceso.

Se trata de un caso previo a la actual ofensiva contra Gaza que ha supuesto otra denuncia contra Israel ante el mismo tribunal por parte de Sudáfrica por genocidio.

Mansour apeló a la Corte «en defensa del derecho internacional, para poner fin a la injusticia y lograr una paz justa y duradera» así como para «guiarnos hacia un futuro en el que los niños palestinos sean tratados como niños, no como amenaza demográfica. El diplomático explicó a la CIJ que los líderes israelíes «ya no sienten la necesidad de ocultar sus intenciones y hablan abiertamente de deshacerse del pueblo palestino de una forma u otra, desafían la ley, y la ley apenas se defiende». Lamentó que el derecho internacional «no ha protegido la infancia de ningún niño palestino, ni a sus familias ni a sus comunidades».

Mansour aseguró a los jueces que no les debería resultar difícil llegar a la conclusión de que la ocupación es prolongada, que se ha anexado territorio palestino, que se ha negado su libertad a la libre determinación y que el pueblo de Palestina ha sido sometido a una discriminación racial sistemática. El ministro de Exteriores de la Autoridad Palestina, Ryad al-Maliki, recordó que esta vista tiene lugar en un momento en el que «2,3 millones de palestinos en Gaza, la mitad de ellos niños, están siendo cercados y bombardeados, muriendo y resultando heridos, muriendo de hambre y siendo desplazados». «El genocidio en marcha en Gaza es resultado de décadas de impunidad e inacción», alertó.

Al-Maliki recordó, además, el incumplimiento por parte de Israel del reciente fallo de la CIJ que exige proteger a la población de Gaza por lo que reiteró que «la única solución consistente con el Derecho Internacional es que esta ocupación ilegal llegue a su fin inmediato e incondicional».

También señaló que más de 3,5 millones de palestinos en Cisjordania «son sometidos a la colonización de su territorio y a la violencia racista que lo permite», 1,7 millones en Israel «son tratados como ciudadanos de segunda clase (...) en su tierra ancestral», y se sigue negando el derecho al retorno a sus tierras y viviendas a siete millones de refugiados.

Coincidiendo con esta sesión, Amnistía Internacional, pidió al mundo que reconozca que poner fin a la ocupación ilegal por parte de Israel -«la ocupación militar más larga y una de las más mortales del mundo»- es un requisito previo para detener las violaciones de los derechos humanos generalizadas y sistemáticas contra los palestinos. También pidió que todos los Estados revisen sus relaciones con Israel para garantizar que no contribuyen a sostener la ocupación o el sistema de apartheid, y emplazó especialmente a los ministros de Exteriores de la UE a «un llamamiento claro y unificado» en ese sentido.

ISRAEL AMENAZA EN RAMADÁN

Por su parte, como es habitual con cualquier resolución internacional que cuestione sus acciones, Israel dijo no reconocer la legitimidad del debate en la Corte, que estimó «una medida diseñada para dañar el derecho de Israel a defenderse contra amenazas existenciales».

«La discusión en La Haya es parte del intento palestino de dictar los resultados del acuerdo político (para establecer un Estado palestino) sin negociaciones. Seguiremos luchando contra este intento», añadió la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El Gobierno sionista, cuyo Estado ha incumplido decenas de resoluciones de la ONU a lo largo de su historia, insistió en que no cederá a «los dictados internacionales». En 2004, la CIJ falló que el muro de separación construido por Israel en la Cisjordania ocupada violaba el derecho internacional y pidió su derribo, a pesar de lo cual se amplió y sigue en pie.

Mientras, en Gaza, Israel sigue impune la matanza que ya eleva a 29.092 personas el número de víctimas mortales confirmadas, además de otras 8.000 desaparecidas entre la destrucción de la Franja que Netanyahu está dispuesto a llevar hasta el último rincón del territorio. Ayer amenazó con lanzar la ofensiva terrestre sobre Rafah si los capturados israelíes no son liberados antes del inicio del Ramadán, el próximo 10 de marzo, a pesar de la presión internacional por la suerte de 1,4 millones de palestinos hacinados en la ciudad. Además de continuar los bombardeos sobre Rafah y Jan Yunis, el Ejército israelí siguió atacando la ciudad de Gaza y los campos de refugiados del centro de la Franja.

Israel trata además de convertir la agresión en un conflicto religioso con la restricción del acceso a la Explanada de las Mezquitas durante el mes de Ramadán. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, argumentó que la concentración de «decenas de miles enemigos es un peligro para la seguridad del país».