GARA Euskal Herriko egunkaria
EL SALTO ADELANTE DEL BASKET FEMENINO

A la sombra de Ionescu se preparan las estrellas del inminente futuro

El duelo entre Stephen Curry y Sabrina Ionescu fue el evento más seguido del Fin de Semana de las Estrellas de la NBA. Ante la próxima retirada de Diana Taurasi y además del contexto de una WNBA cada vez más atractiva, jóvenes universitarias como Caitlin Clark, Angel Reese o Paige Bueckers llaman la atención del mundo entero desde años antes de dar el salto al baloncesto profesional.

(Stacy REVERE | AFP PHOTO)

El cara a cara entre Stephen Curry y Sabrina Ionescu no solo dejó el triunfo del base de los Warriors y la admiración por la base de las Liberty, sino que además fue el evento con mejor audiencia de todo el Fin de Semana de las Estrellas de Indianápolis, con 5,4 millones de espectadores por los 4,6 millones del Partido de las Estrellas.

Curry tuvo que sacar lo mejor de sí para derrotar a otra cañonera como Ionescu que no tuvo mayor «ventaja» que emplear un balón más pequeño -es decir, el balón habitual que se emplea en la WNBA-. El registro de Sabrina Ionescu fue tan bueno que igualó con el de Damian Lillard en la final para volver a ser ganador del concurso de triples «oficial». Por tanto, que la jugadora de las Liberty de Nueva York fuera probablemente la estrella más rutilante en Indianapolis, o a la par de Stephen Curry, muy por encima del decepcionante duelodel Este contra el Oeste, indica la proporción del salto adelante que se empieza a gestar en el basket femenino.

Años después de analizar la selección olímpica de Estados Unidos para los Juegos de Roma 1960, el maestro Xabier Añua se maravillaba por el dominio técnico y conocimiento de juego de las selecciones femeninas estadounidenses. En una NCAA masculina en la que el One & Done es cada vez menos raro; es decir, formar al jugador un solo año hasta que cumpla los 19 y tenga así la edad mínima para presentarse al draft de la NBA, los programas universitarios femeninos acostumbran a completar por entero esos ciclos. Estrellas como Maya Moore, Brit Griner, Breanna Stewart o la propia Sabrina Ionescu han completado su ciclo universitario para pulir su talento para saltar al basket profesional en las mejores condiciones.

NOMBRES Y HECHOS

Precursoras siempre hubo. Alessandro Ruta recordaba en NAIZ la historia de Ann Meyers, la mujer que rozó la NBA con el corolario nada menos que de Bill Russell. «Ann está entre los mejores de la historia, y no digo hombres o mujeres, digo en general». Pero Meyers no pudo ganar el oro en Montreal 1976 ante la Unión Soviética liderada por la gigante letona de 2,13 metros Uliana Semenova.

Con todo, nadie duda de que el epicentro del baloncesto femenino mundial está en los Estados Unidos. La estrella más clara es Caitlin Clark, que hace escasos días superaba a Kelsey Plum como máxima anotadora en la historia de la NCAA femenina. Promedia casi un triple doble, con más de 5 rebotes y 11 asistencias a los más de 30 puntos por encuentro que suele anotar. El propio Stephen Curry decía hace 11 meses que «si tiras como lo hace ella, no existe el concepto de ‘mal tiro’».

Su padre la acompañaba en cuatro horas de carretera para ver en Minnesota a su ídolo, Maya Moore. «Inspirada» por Moore o no, la facilidad con la que Caitlin Clark se levanta desde ocho metros para anotar triples como si fueran bandejas, da miedo.

Sin embargo, el último vencedor del torneo NCAA femenino fue la Universidad Estatal de Luisiana, LSU, con otra estrella en ciernes cerrándole la puerta de golpe al Iowa de Clark con un resultado de 102-85 de la final. Esa estrella es Angel Reese, una ala-pívot de 1,90 metros nacida en Baltimore y que, en consonancia con lo que varias series enseñan, lleva el carácter callejero en sus venas. Su pique con Caitlin Clark en las pasadas finales fueron de cuidado, llevando Reese al título a su equipo con 23 puntos y 15 rebotes.

UN AÑO MÁS

La base de las Huskies de UConn Paige Bueckers cierra el grupo de estrellas del futuro. En su caso, las lesiones han marcado su camino, con una rotura del cruzado en 2022, luego de haber firmado contratos publicitarios altísimos con distintas firmas. Tuvieron que pasar nada menos que 369 días hasta que en agosto de 2023 recibiera el alta médica.

La temporada 2023/24 debía ser, en principio, su última en UConn antes de dar el salto a la WNBA y, promediando 20,1 puntos por partido, es obvio que la estrella de las Huskies está de vuelta. No obstante, Bueckers ha declarado hace poco que completará su ciclo universitario con un quinto año adicional.

No son las únicas ni mucho menos las últimas. En todo caso, queda claro que el basket femenino está labrando sus propios referentes, con rostros y nombres propios cada vez más reconocibles.