Tufo electoral

El lehendakari sigue sin soltar prenda sobre la fecha en que se celebrarán los comicios en el tercio autonómico vasco, pero el «Botafumeiro de Lakua» expande un aroma a incienso electoral que pretende tapar todos los malos olores producidos durante la legislatura, incluidos los repugnantes del vertedero de Zaldibar. El margen se va estrechando, pues cada vez se acerca más el obligado final de la legislatura, pero da toda la impresión de que, aunque no anuncie públicamente la fecha de las elecciones, los jeltzales ya la conocen, pues llevan ya tiempo actuando en clave propagandístico-electoral.

Y así en Donostia, casualmente, se acaba de inaugurar el ambulatorio de la Parte Vieja, aunque, eso sí, con años de retraso sobre la fecha prevista, pero con foto incluida. El alcalde comparece ante los medios frente a los cuarteles de Loiola y cuenta que se elevará el nivel y se harán nuevos puentes para evitar inundaciones, cuando los militares españoles siguen allí y ni se sabe hasta cuándo. Se empieza a repartir entre los jóvenes el subsidio de 300 euros para ayuda a la emancipación, emulando al reparto de subvenciones a las mariscadoras gallegas en vísperas del 18F. Y hablando de las elecciones gallegas, Aitor, el del tractor, se ha percatado del gran papel del BNG, que atribuye a que el Bloque se está «peneuvizando» cada vez más: se parece al PNV como un huevo a una castaña.

Claro que en esta no-campaña que utiliza, aparentemente, información privilegiada, ocurren auténticos reveses, como el del caso Bidegi. Resulta que hace unos días la portavoz de la Diputación guipuzcoana salió a la palestra con motivo de la resolución del Juzgado de Azpeitia de archivar una de las dos querellas, lo que interpretó como que se demostraba que todos los pagos que se hicieron eran correctos y no había ninguna irregularidad. Ahora resulta que, en la otra querella, similar a la anterior, la Audiencia ha revocado el auto de archivo de Azpeitia y ordena la reapertura de las diligencias y la práctica de nuevas pruebas, estimado el recurso de las acusaciones. ¡Qué planchazo!