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SEMIFINALES DE COPA

Los penaltis impiden a la Real clasificarse para la final de Sevilla

Brais Méndez falló desde los once metros antes del descanso y Mikel Oyarzabal, que empató el gol marcado por Gio González en el inicio del segundo tiempo, tampoco acertó desde los once metros para iniciar la tanda que decidió la final, en la que el Mallorca transformó todos sus lanzamientos.

El penalti fallado por Brais Méndez antes del descanso fue un duro golpe para la Real en un momento clave. (Andoni CANELLADA | FOKU)

El Mallorca jugará la final de Copa el 6 de abril en Sevilla contra el vencedor de la eliminatoria que se decidirá mañana en San Mamés entre el Athletic y el Atlético de Madrid, con un 0-1 a favor de los de Ernesto Valverde en el partido de ida, tras superar a la Real en los penaltis en un duelo más complicado de lo que se podía prever tras conocer el sorteo.

Se sabía que el Mallorca siempre es un equipo al que es difícil hacer goles y ganar, pero la Real tiene más calidad para imponerse a este tipo de equipos. El problema es que no ha llegado bien a esta fase más decisiva de la temporada por las bajas, el mal momento de algunos jugadores y el desacierto de cara al gol, que se personificó en Sadiq en el partido de ida de Son Moix y ayer en el penalti fallado por Brais Méndez antes del descanso en un momento clave.

Además ha perdido la solidez defensiva. Encajó ayer un gol en un jugada en la que los dos laterales no estuvieron bien porque Traoré no presionó a Jaume Costa y Javi Galán permitió rematar sin oposición al otro carrilero, Gio González, pero entonces apareció Mikel Oyarzabal en el campo para marcar la diferencia tras enmendar Brais con su asistencia el error del penalti.

CONTINUIDAD Y FRESCURA

Imanol dio continuidad al equipo que perdió ante el Villarreal, las únicas novedades fueron las de Merino y Zubeldia, que se quedaron en el banquillo el viernes por sus problemas, en lugar del lesionado Barrenetxea y Pacheco. Javier Aguirre, con un día menos de descanso y más jugadores disponibles, buscó frescura al realizar nueve cambios con respecto al equipo que empató en Mendizorrotza. Solo repitieron los centrales Copete y Valjent.

Se esperaba un Mallorca defensivo, pero el técnico mexicano sorprendió al ordenar una presión individual en todo el campo cuando la Real iniciaba su juego sin importarle dejar a sus tres centrales emparejados con los tres jugadores realistas más adelantados ni que Copete, el encargado de perseguir a Kubo, viera pronto una tarjeta amarilla.

La Real tuvo problemas para superar esa presión y tampoco encontró soluciones para atacar el 5-3-2 del Mallorca cuando defendía cerca de su área. En el primer tiempo la Real alcanzó el 70% de posesión, pero solo se puede rescatar un remate desde fuera del área de Zakharyan a las manos de Greif antes del tercer penalti fallado esta temporada, todos los lanzados, en el último minuto por Brais Méndez. El gallego lo tiró mal el balón al centro, donde estaba el portero balear, tras despejar con una mano extendida Raillo un centro de Zubimendi.

MAZAZO

Imanol sorprendió en el inicio del segundo tiempo al dar entrada a Becker como delantero centro en lugar de André Silva y Anoeta quiso dar un impulso a su equipo al salir de los vestuarios tras el golpe del penalti y celebró ver a Oyarzabal empezar a calentar, pero enseguida llegó el mazazo del gol de Gio González.

El Mallorca no pudo defender su ventaja porque apareció Oyarzabal para marcar con la derecha en uno de sus primeros balones tras una asistencia de Brais Méndez y demostrar que es el mejor delantero que tiene ahora la Real.

Su gol dio más tranquilidad a su equipo, que tuvo una buena opción de Becker antes de marcharse a la prórroga, en la que Samu Costa despejó en la línea dos remates de Merino y Tierney en la misma jugada.

Los dos equipos, a pesar de los seis cambios acabaron reventados en el plano físico y se tuvieron que jugar el paso a la final en los penaltis. La Real mereció pasar antes por ocasiones, pero el fúbol fue cruel con los jugadores blanquiazules y su público en una tanda en la que el único que falló es el que no suele fallar, el que dio a la Real el título de Sevilla desde los once metros.