GARA
GAZA
EL INFIERNO DE GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Confianza sobre un alto el fuego que Biden espera para el «próximo lunes»

Hamas ya no exige una retirada total de las fuerzas israelíes y el fin de la guerra, según fuentes conocedoras de las negociaciones para un alto el fuego en Gaza. Así las cosas, para el presidente de EEUU el alto el fuego estaría «muy cerca» y se declararía «antes del próximo lunes».

Palestinos lloran en el hospital Najjar ante los cuerpos de sus familiares muertos en los ataques israelíes contra el campo de refugiados de Rafah.
Palestinos lloran en el hospital Najjar ante los cuerpos de sus familiares muertos en los ataques israelíes contra el campo de refugiados de Rafah. (Mohammed ABED | AFP)

Gaza sigue contando sus muertos. El Ministerio gazatí de Salud, cuyas cifras son consideradas creíbles por Naciones Unidas, informó de que los ataques nocturnos israelíes mataron a 96 personas en las últimas horas. Casi 30.000 en cinco meses, pero todos saben que el número real de víctimas es mucho mayor, ya que miles de cuerpos siguen todavía desaparecidos bajo los escombros que han dejado los bombardeos israelíes. Los civiles se ven atrapados diariamente en los combates, entre bombardeos aéreos, fuego de artillería y francotiradores, que no escatiman zonas, devastando barrios enteros y obligando a muchas familias a huir, a menudo sin poder llevarse nada.

Muchos solo sobreviven gracias a la solidaridad, en una franja de tierra de aproximadamente 40 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho, ya socavada antes de la guerra por un bloqueo israelí impuesto desde 2006. Aquí un granjero entierra a sus tres hermanos y sus cinco hijos en su plantación de cítricos, allí se cava una fosa común en un campo de fútbol. Los cementerios están llenos y ya no hay suficientes bolsas para envolver los cadáveres.

Alrededor del 70% de los muertos son mujeres, niños y ancianos. Más del 70% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados por la guerra y la población está amenazada de hambruna. Y acecha el último y más sangriento capítulo del horror, como temen muchos líderes internacionales: la matanza en Rafah, donde Israel tiene la firme intención de completar su ofensiva terrestre, mientras cerca de un millón y medio de personas, el 80% de los desplazados, se hacinan allí.

EXPECTATIVAS AL ALZA

No obstante, en medio de la masacre, algunas noticias difundidas ayer hacen pensar que un eventual alto el fuego antes del Ramadán puede ser un horizonte plausible. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, Majed al-Ansari, dijo ser «optimista» de que se logre un acuerdo, mientras que el presidente de EEUU, Joe Biden, en el programa de máxima audiencia “Late Night” aseguró esperar que «para el próximo lunes tengamos un alto el fuego».

A corto plazo, indicó que habrá un cese de las hostilidades a partir del lunes para permitir que los israelíes cautivos en Gaza sean liberados. Añadió que Israel se ha comprometido a no realizar operaciones militares durante el mes sagrado de Ramadán, lo que daría tiempo para que los rehenes sean sacados de la Franja. A medio plazo, cree que esto crearía una dinámica que quizá conduzca a una solución más duradera. En particular, insinuó un reconocimiento árabe más amplio de Israel a cambio de un acuerdo a más largo plazo.

Según informó la CNN, tras la reunión del viernes en París entre los jefes de la Inteligencia de EEUU, Egipto e Israel y el primer ministro qatarí, los principales obstáculos se habrían resuelto. A saber, Hamas ya no insistiría en una retirada total de las fuerzas sionistas y el fin de la guerra, lo que habría acercado a las partes a un acuerdo inicial que supondría un alto el fuego a cambio de la liberación de un grupo de cautivos.

Fuentes familiarizadas con las negociaciones señalaron que Hamas habría suavizado su posición antes de llegar a un acuerdo sobre una primera fase, aunque se espera que surjan nuevas trabas cuando se discutan cuestiones complejas como la liberación de los soldados en poder de Hamas y el fin de la guerra.

SEGUNDA FASE MÁS COMPLEJA

Según fuentes israelíes consultadas por la CNN, el Gobierno de Benjamin Netanyahu se mostró «sorprendido» de que Joe Biden expresara esa confianza, de que adelantara un acuerdo sobre un alto el fuego para el lunes. Sin embargo, confirmaron que Israel esperaba que el acuerdo implicara inicialmente la liberación de unos 40 rehenes, incluidas las mujeres soldado israelíes -hay 13 con vida aún retenidas-.

Quienes participan en las negociaciones han filtrado que el acuerdo global probablemente se implemente en varias fases y una vez que se logre un pacto inicial podría conducir a una tregua que dure hasta seis semanas con un grupo de cautivos israelíes liberados a cambio de un número de prisioneros palestinos menor del que Hamas había exigido inicialmente.

En cualquier caso, todas las fuentes conocedoras de las negociaciones indirectas que mantienen Israel y Hamas coinciden en augurar que en la segunda fase de las discusiones es donde se espera que las cosas se compliquen aún más. Durante el alto el fuego que se materializaría en la primera fase, las conversaciones se centrarían en temas más delicados como la liberación de los soldados israelíes en poder de Hamas, la excarcelación de los presos palestinos que cumplen sentencias más largas, la retirada de las fuerzas del Ejército sionista y el fin permanente de la guerra, junto con las cuestiones del llamado «día después».

En ese sentido, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Matt Miller, declaró que «hicimos avances en estas conversaciones de París durante el fin de semana y también en los últimos días». Y añadió que «seguimos creyendo que es posible llegar a ese acuerdo y vamos a seguir buscándolo», e intentó meter presión a Hamas al señalar que «si realmente se preocupara por el pueblo palestino, debería aceptar el acuerdo que está sobre la mesa porque aliviará en gran medida el sufrimiento de su pueblo».

«LO HAREMOS DE TODOS MODOS»

En mitad de este proceso de negociación, no hay que olvidar que Benjamin Netanyahu se enfrenta a una enorme presión por parte de la opinión pública israelí para liberar a los más de 130 cautivos que permanecen en Gaza, incluidos los cuerpos de los que habrían muerto en los bombardeos sionistas. Las protestas se multiplican y las voces contrarias a su política se radicalizan. Y pese a todo, o quizá por ello, el asediado primer ministro sigue reiterando que planea ordenar al Ejército entrar en Rafah. EEUU y la UE han expresado su oposición si Israel no tiene un plan que tenga en cuenta la seguridad de alrededor de 1,5 millones de palestinos concentrados allí, muchos de ellos huidos de los ataques en el norte y centro de la Franja.

En ese sentido, entrevistado por la CBS, Netanyahu adelantó que, con o sin acuerdo, «lo haremos de todos modos», porque «nuestro objetivo es la victoria total». Argumentó que sería un suicidio político que equivaldría a la derrota de Israel «abandonar el último bastión de Hamas en Gaza sin ocuparnos de él».