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GUTUNAK

Sobre Kabia y la residencia de Azkoitia


Koldo CAMPOS

Escritor

En los seis pisos tutelados ya solo quedaba yo, me hizo saber hace un año el asistente social del Ayuntamiento de Azkoitia. Los demás habían muerto y en la tercera planta de la residencia de mayores, ocupada por los pisos tutelados, se quería alojar a doce residentes de «la unidad», espacio en el que estaban los que disfrutan de menos autonomía y más cuidados, para una obra que iba a prolongarse más de un año y que afectaría a toda la residencia. Como no era previsible que yo tuviera el buen gusto de morirme antes de que se iniciaran las obras y tampoco podían empezarlas conmigo en un piso tutelado, la propuesta era ingresarme en la residencia para lo que solo se necesitaba bajarme a la segunda planta porque, a todos los efectos, hacía siete años que hacía vida en la residencia. Yo acepté poniendo una condición: habitación individual. Así cambié piso por habitación, silencio por ruido, amén de perder en el intercambio la cocina, el microondas y la nevera.

Casi saliendo yo de su despacho, el asistente se acordó de algo: «Ah, creo que también pagarás algo más». El «algo más» eran ciento y pico euros.

Llevo medio año en la habitación y los servicios que recibía en el piso tutelado (los básicos) son los mismos que recibo ahora porque, por fortuna, no preciso que me levanten, que me acuesten, que me duchen, que me hagan la cama, que me vistan, que me pongan pañales, que me saquen de paseo... ¿Y entonces? ¿Por qué debía pagar más? Mis ingresos y mis pagos ya se parecen tanto que empiezo a tener atrasos con el pago de manutención de dos hijas (menores de edad) y con la Diputación de Gipuzkoa (Kabia). Sin que se tomen la molestia de advertirte, hace unos días, Kabia vuelve a aumentarme el pago 50 euros más y, me preguntan, eso sí, que cómo voy a hacer para abonar una cuota atrasada que tengo.

La verdad, no lo sé, pero no se apuren que, cualquier día, les dejo la habitación libre y me mudo para otra planta en la que ni Kabia ni Biharko tengan arte ni parte en el Puto Negocio Vasco. Y por cierto, les recomiendo aprovechen entonces para cambiar el suelo (diseño lunar), la puerta del baño y la del balcón.

(Preso politikoak aske)