Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
DUNE: PARTE DOS

Un gran espectáculo

Lo mejor que se puede decir de “Dune: Parte Dos” es que tiene de todo y para bien. Es un verdadero festín para los sentidos. Fusiona elementos de ciencia ficción hardcore, romance, acción desenfrenada y una sutil advertencia sobre los peligros del fanatismo religioso, junto con una protesta contra las continuas guerras políticas que asolan nuestro mundo. Sin embargo, en medio de este vasto espectro temático, destaca un tema central que resuena con fuerza, y es el del poder y sus implicaciones éticas, una preocupación fundamental en la obra del escritor que imagino “Dune”, Frank Herbert. Denis Villeneuve se enfrentó al desafío de llevar esta epopeya literaria a la pantalla grande, guiado por su compromiso de resaltar la humanidad en situaciones extremas.

El viaje de Paul “Muad’Dib” Atreides es puramente iniciático y de claro tinte mesiánico, y la película captura magistralmente esta travesía. Desde que es acogido por los Fremen, el protagonista comienza a comprender el alcance de su poder interior y su papel en el conflicto que se despliega a su alrededor. Como nuevo duque de Arrakis, tras la muerte de su padre y la toma hostil de su territorio por parte de las tropas enemigas, Paul se ve obligado a aceptar un destino que inicialmente rechaza. Sin embargo, su venganza personal se transforma en una lucha por la liberación de su gente, oprimida durante demasiado tiempo.

La película funciona gracias a la habilidad del director para utilizar el lenguaje cinematográfico y adaptar una historia aparentemente inabordable. Filmada en formato IMAX, es un espectáculo visual impresionante que aprovecha al máximo los recursos disponibles. Desde el inicio, el tono maduro y reflexivo de la ciencia ficción nos sumerge en un universo vasto pero verosímil, con escenas tan espectaculares como la de la batalla filmada en blanco y negro.