EDITORIALA

Centros de acogida, centros de vulnerabilidad

Según el estudio de un equipo de investigación de la UPV/EHU que ha analizado la conducta suicida y la tendencia a las autolesiones sin finalidad suicida en adolescentes de centros de acogida en Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, el 26,5% de residentes en ellos afirma haber intentado suicidarse en alguna ocasión, y el 36,2% dice haber tenido alguna vez ideas suicidas. Solo el 37,6% ha solicitado ayuda y más de la mitad cree que no puede recurrir a nadie.

Como afirma el doctor en Psicología e investigador Alexander Muela, el hecho de que los suicidios relativamente no sean muy numerosos da una idea falsa de seguridad; antes de cada suicidio hay entre 25 y 50 intentos. Debido a esa falsa idea de seguridad, no existen planes de prevención. La conclusión de la investigación es clara, se precisa preparación de los profesionales para detectar y gestionar comportamientos suicidas. La conducta suicida es más habitual y efectiva en situaciones de vulnerabilidad, lo que explica que lo sea aún más en un colectivo especialmente vulnerable y con más factores de riesgo de comportamientos suicidas «motivados por vivencias traumáticas de la infancia, baja autoestima, escasa capacidad social...», en un colectivo en el que también son frecuentes las autolesiones. Por eso, el estudio incide en la necesidad de realizar tareas preventivas y de que los profesionales que trabajan en esos centros reciban más formación.

Nuestra sociedad hace bandera de los derechos humanos e incide en ellos en el caso de los y las menores, pero no tiene la misma percepción cuando se trata de los que residen en esos centros. Mucha gente, interesadamente inducida, antes que a menores con derechos ve a gente ajena, de fuera, pobre y que, además, delinque. Los datos del estudio son muy preocupantes, como lo es el grado de penetración de la xenofobia y el clasismo. Ante ello, las instituciones, responsables de ese colectivo, no pueden dejarse influir, consciente o inconscientemente, por esa percepción. No pueden relajarse ante un problema de ese orden porque nadie les vaya a pedir cuentas, sino que han de tomar todas las medidas pertinentes de cara a la atención e integración de esas y esos menores.