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PRIMERA

La Real revive a tiempo para aferrarse a su última ilusión

El Granada se fue al descanso con ventaja tras un primer tiempo en el que la Real padeció en defensa y no tuvo chispa en ataque. Los donostiarras crecieron en la reanudación y acabaron volteando el marcador en los diez últimos minutos.

André Silva y Turrientes celebran el gol del portugués, que culminaba la remontada. (AFP7/EUROPA PRESS)

Llegaba herida la Real a Granada y prácticamente no tenía pulso cuando acabó una primera parte paupérrima, en la que solo la actuación de Remiro y el gol de Sadiq permitieron que existiera ese último hilo de vida. Pero los donostiarras se crecieron en la segunda parte. Sin excesos pero lo suficiente para voltear el marcador ante un equipo que no por casualidad solo ha ganado un partido en los últimos seis meses y medio. Así que, aunque fuera con mejor fondo que formas, la Real encontró lo que necesitaba, una victoria que acaba con el duelo y le devuelve ánimo y posibilidades reales para afrontar la recta final de la temporada peleando por su última ilusión.

Solo Remiro y el golazo de Sadiq se salvaron del lamentable primer tiempo de la Real. Sería el cansancio físico -solo dos hombres de refresco respecto al martes, Turrientes y Sadiq por Kubo y Becker-, el mental o que la necesidad de puntos del Granada es mayor, pero los nazaríes, con un fútbol en apariencia más sencillo pero mucho más intenso e incisivo, fue muy superior a un rival que no tuvo chispa en ataque y sufrió en defensa. Sobre todo hicieron agua las bandas y especialmente la izquierda, donde Javi Galán no pudo nunca con un Pellistri entonadísimo. Lo pagó quedándose en vestuarios en el descanso.

El Granada se adelantó con un gol de penalti -intervino el VAR- de Uzuni. Quiso reaccionar la Real pero le faltó voltaje, profundidad, velocidad... De todo. Menos eficacia, porque acertó en su primera ocasión. Buena acción por la izquierda, centro medido de Brais Méndez y salto y cabezazo magníficos de Sadiq, que acababa con tres meses de sequía.

Cambió el marcador pero no el partido. El Granada, de hecho, se vino más arriba. Remiro sostuvo al equipo pero no pudo evitar que Uzuni anotara en el último suspiro.

La Real regresó del descanso con Tierney en la izquierda y algo más ambiciosa, aunque no hacía sufrir al Granada. Se notó más la entrada de Becker y André Silva, combinada con el movimiento de Zubimendi, que se metió con los centrales para la salida de balón, dando más libertad a los laterales. Al Granada, que le hace falta poco menos que un pleno para salvarse, le empezó a entrar el miedo y la Real aprovechó ese metrito de más para voltear en el marcador. Le Normand, que había subido al área en un córner, remató un centro de Tierney y André Silva un despeje de Batalla tras disparo de Turrientes para dar nombre a una victoria que se festeja como la lluvia en el desierto.