La renuncia del primer ministro aleja el riesgo de una guerra civil en Haití
Ariel Henry dimitirá tras el establecimiento de un Consejo Presidencial de Transición y el nombramiento de un jefe de Gobierno interino. El anuncio llegó en plena ola de violencia, que ha escalado en los últimos días y le ha impedido regresar al país tras una gira oficial.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, dimitirá junto a su Gobierno en cuanto haya un Consejo Presidencial de Transición porque «ningún sacrificio es demasiado grande para nuestro país». La dimisión había sido anunciada horas antes por el mandatario de Guyana y presidente de turno de la Comunidad del Caribe (Caricom), Irfaan Ali, tras una sesión extraordinaria sobre la situación de Haití en Jamaica, en la que no participó Henry.
Ali explicó que el Consejo lo integrarán siete miembros con derecho a voto que representarán a los mayores partidos políticos, al sector privado y al Acuerdo Montana -una coalición que había propuesto un Gobierno interino tras el magnicidio de Jovenel Moise- y dos observadores sin voto- como representantes de la sociedad civil y la comunidad interreligiosa. Ninguno podrá haber sido acusado o condenado en cualquier jurisdicción ni estar sancionado por la ONU ni pretender presentarse a las próximas elecciones.
El Consejo Presidencial de Transición elegirá «rápidamente» un primer ministro interino, y ambos nombrarán un Consejo de Ministros «inclusivo». La Presidencia fijará los criterios para la instauración de una autoridad electoral provisional, entre cuyas funciones está tomar medidas hacia una transición pacífica, garantizar la gobernanza y establecer un Consejo de Seguridad Nacional.
Las autoridades de transición deberán continuar los intentos de la comunidad internacional de desplegar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, liderada por Kenia, y cuyo objetivo es contener la ola de violencia que lleva años sacudiendo el país caribeño.
La nueva ola de violencia que vive Haití, que se cebó con los aeropuertos en un momento en el que el jefe de Gobierno se encontraba de visita oficial a Kenia, obligó al Ejecutivo a declarar el estado de emergencia y un toque de queda tras una fuga masiva de presos de las dos principales cárceles de Puerto Príncipe.
El líder de una de las grandes bandas, Jimmy Chérizier Barbecue lanzó un órdago al Henry, a quien amenazó con sumir al país en una «guerra civil» si no dimitía, en medio de un escenario de caos absoluto dado el dominio de las bandas sobre la capital y alrededores, consolidado tras el magnicidio de Moise en 2021.