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PLENO BRONCO EN LA CÁMARA BAJA

El Congreso aprueba la amnistía y la derecha promete una guerra judicial

El bloque de investidura dio ayer su visto bueno, con 178 votos, al proyecto que perdona los actos de los encausados por el «procés» en Catalunya. El «y tú más» entre el PSOE y el PP encendió el hemiciclo, donde los representantes de ERC y Junts no ocultaron su alegría. La iniciativa tendrá el seguro rechazo del Senado y volverá a la Cámara Baja a mediados de mayo para ser ratificada.

La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, es felicitada a la salida del Congreso. (Eduardo PARRA | EUROPA PRESS)

Todos los partidos y confluencias que han apoyado la investidura de Pedro Sánchez, con excepción de Coalición Canaria, votaron ayer la amnistía a los encausados por el proceso soberanista en Catalunya durante un período que comprende el 1 de noviembre de 2011 hasta mismo mes de 2023, en un debate que fue breve pero bronco, con el PP y Vox amenzando con una guerra judicial, de bloqueo en el Senado y de «oposición total».

Por 178 votos contra 172, y con la infaltable tensión de último minuto con un diputado «popular» que se equivocó votando «sí» y enmendándose después entre risas y pudor, la Cámara votó a favor del dictamen aprobado por la Comisión de Justicia la semana pasada y, tres minutos después, el proyecto con su enmienda transaccional.

ABRAZOS, SONRISAS Y SELFIS

PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, los cuatro diputados de Podemos, el del BNG y José Luis Ábalos dieron luz verde, con la oposición del PP, Vox, UPN y CC. Los intercambios fueron escuetos pero toscos, ya que cada grupo contaba solo con siete minutos para exponer sus argumentos.

La primera ovación fue en defensa de Francina Armengol, cuando el portavoz socialista Patxi López la reivindicó como «la legítima presidenta» de la Cámara y afeó que «pida su renuncia la misma persona que aparece en el sumario (del llamado «caso Koldo») con nombre y apellido», en alusión al portavoz del PP, Miguel Tellado. Toda la bancada conservadora comenzó a corear «Koooooldo, Kooooldo». Luego López se volcó en defender la amnistía y criticó que la derecha tenga una única propuesta, «que es incendiar Catalunya».

«Prefieren -declaró- el conflicto y la revisión, enfrentar unos territorios con otros porque siguen defendiendo el maldito cuanto peor para el país, mejor para el PP».

En su turno, Núñez Feijóo tachó la aministía de «delirio» y consideró que el presidente del Gobierno no defendiera el proyecto en el atril del hemiciclo «porque hasta él se ve incapaz de dar la cara», por lo que calificó lo de «estafa». «Esta ley se va a aprobar porque es la única forma que tuvo Sánchez de ser presidente y es la única forma que tiene de seguir siéndolo un tiempo más», dijo.

Con el líder de ERC, Oriol Junqueras, presente en las gradas, las caras de los diputados de Junts y de ERC no ocultaban su alegría y, de hecho, después de la votación hubo abrazos, sonrisas y muchos selfis. Incluso en los discursos previos no hubo pullas mutuas, algo que venía siendo habitual.

«Seguiremos por el camino de la liberación nacional, lo haremos por los conductos democráticos y pacíficos, a pesar de todas las trabas judiciales y policiales o del Tribunal de Cuentas que nos podamos encontrar», expuso Pilar Vallugera (ERC) al defender la ley.

Por parte de Junts habló Josep Maria Cervera, quien fue muy crítico con «la reaccionaria derecha española» y reivindicó la decisión de su grupo del 30 de enero pasado de bloquear el dictamen de la comisión porque «tenía carencias», a diferencia del votado ayer. «Esto nos confirma que manteniendo la firmeza se avanza de verdad. Tenemos una amnistía integral que no deja a ningún independentista fuera», subrayó.

«La vida es aquello que ocurre mientras haces planes, decía John Lennon», comentó Jon Iñarritu (EH Bildu), quien hurgó en las contradicciones del PP en sus posiciones con respecto a qué hacer con los encausados del procés y especialmente con Carles Puigdemont. «Esta es una norma excepcional pero justa que saca de los tribunales lo que nunca debió llegar a ello», afirmó.

Por su parte, Mikel Legarda (PNV) respaldó el proyecto destacando las culpas del PP, que ha «tratado el problema (territorial) como uno de orden público, gestionado con una mezcla de impaciencia e intransigencia y generando situaciones que nunca debieron haberse producido».

El mayor insulto lo protagonizó, cómo no, Santiago Abascal, quien tachó a Pedro Sánchez de ser «el jefe de una cuadrilla de forajidos con la única ambición de enriquecerse» y de permitir que actualmente «la política interior y exterior la dominen Marruecos y los separatistas».