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DE REOJO

Parque de atracciones


Es evidente que son tiempos políticos convulsos. La intervención pública de Pere Aragonès para anunciar el adelanto electoral en Catalunya es una pieza ideal para comprender el momento. Su lenguaje corporal, sus expresiones retóricas, sus justificaciones, sus miedos y esa perniciosa insistencia en apelar a la responsabilidad frente a los irresponsables. El efecto de esa supuesta responsabilidad es que se abre una nueva brecha, que se colapsan los presupuestos en el Estado y que vamos a asistir a extravagancias, estrategias y tácticas fruto de una disolución de los principios de cada oponente y candidato en una urgencia irracional. Nos podremos divertir bastante pero sufriendo más de lo previsto.

Así que tenemos una primavera electoral completa. Primero en la CAV, después en Catalunya y seguido en Europa. Y en todos los casos, con una graduación atemperada por las circunstancias, nos interpelan. Es bien cierto que, en las ocasiones más cercanas, en cada encuentro de la ciudadanía con las urnas se reciben mensajes aterradores. El ambiente asfixiante creado por medios de comunicación al servicio de la reacción, la mentira y la manipulación, ayudan a un estado de la opinión pública que se dirige a aceptar lo imposible de comprobar. Las redes sociales transmiten consignas populistas que buscan los votos jóvenes. La abstención, la huida de unas mayorías del compromiso público y toda una retahíla de conceptos socioculturales nos colocan ante una situación que nos puede llevar al abismo. Y la Justicia de manera descarada toma partido en cada considerando. Parque de atracciones fatales.