La ópera prima de la cineasta vasca Clara Bilbao se presenta como una sutil e inclasificable comedia negra que transita entre lo profundo y lo disparatado, con un tono ácido e inesperado. Miguel Barros (“Libertad”, “Gigantes”) firma el guion de esta adaptación cinematográfica del libro superventas del Estado francés “Siempre somos demasiado buenos con las mujeres”, escrito por Raymond Queneau y publicado en el Estado español por Seix Barral.

La trama de la novela de Queneau se sitúa en la insurrección irlandesa de 1916 y, mediante un estilo divertido y grotesco, gira en torno a siete irlandeses armados que asaltan una estafeta de correos: mientras resisten el sitio del ejército británico, van cayendo uno a uno en las trampas seductoras de una joven que se escondió en el servicio durante el asalto.

UN ENFOQUE NO DOGMÁTICO

En el caso de su adaptación fílmica, la trama se desarrolla tras la Guerra del 36, en el año 45, y tiene como protagonistas a un grupo de maquis. La película supone el salto a la dirección de Bilbao, figurinista vasca de gran prestigio. Carmen Machi y Antonio de la Torre encabezan un reparto coral que también cuenta con la participación de Luis Tosar, Isak Férriz, Oscar Ladoire, Julián Villagran, Diego Anido, Cris Iglesias, Camilo Rodríguez, Oleg Kricunova, Ayax Pedrosa, Gonzalo De Castro, Iván Marcos, Nicolas Grandhomme, Felipe Pirazán o Juan Luis Cano, entre otros.

Según la cineasta ‘‘Tratamos demasiado bien a las mujeres” «no tenía ninguna intención en ser dogmática, ni aleccionadora, ni revisionista. Lo que le interesaba eran los personajes, sus conflictos, sus ideales y aportar una visión distinta del feminismo». Para su debut, la directora vasca ha contado con la fotografía de Imanol Nabea, el diseño de arte de Curru Garrabal, el maquillaje y peluquería de Karmele Soler, el vestuario de Maite Tarilonte y el montaje de Ascen Marchena.