EDITORIALA

Todo suma para detener el genocidio en Gaza

El genocidio que continúa cometiendo impunemente Israel en Palestina está removiendo conciencias y activando iniciativas ciudadanas ante la absoluta inoperancia de los líderes políticos europeos -cuando no silencio cómplice y en algunos casos apoyo explícito- a la carnicería que está cometiendo el Ejército de Israel contra civiles indefensos en Gaza. Una de esas iniciativas fue lanzada hace quince días por un grupo de artistas bajo el nombre «Kulturatik. Creadorxs culturales con Palestina», que llamó a una manifestación mañana en Donostia. La convocatoria pide detener el genocidio en Gaza, denuncia los 75 años de opresión que sufre el pueblo palestino y demanda a los dirigentes políticos que cesen las relaciones diplomáticas, comerciales y militares con Israel. Unas peticiones justas y prácticas para forzar al Estado de Israel a detener sus crímenes.

La ciudadanía de todo el mundo está asistiendo horrorizada a una masacre de civiles impune. El Ejército de Israel está asaltando hospitales, atacando convoyes de alimentos, destruyendo viviendas y edificios civiles, amén de bloquear la llegada de la ayuda humanitaria, lo que condena a la población civil palestina a la muerte por hambre o por bombas. A pesar de la desolación y el abatimiento que provocan esos crímenes de lesa humanidad, la gente trata de encauzar su frustración y dejar claro a los gobernantes que no están a la altura de las circunstancias. De ahí que las iniciativas ciudadanas logren amplias adhesiones. Kulturatik ha logrado multiplicar por cinco el número de los apoyos iniciales y ha reunido a artistas de todo el espectro de la cultura, conformando un grupo amplio y plural al que también han dado su apoyo los principales partidos políticos y sindicatos del país.

Más de 31.000 muertos, de los que al menos 13.700 son menores y entre los que Naciones Unidas ha confirmado al menos dos docenas de fallecidos por hambre dan buena muestra del sufrimiento al que está sometida la población palestina. Seguramente harán falta más iniciativas como la del domingo para que los líderes europeos tomen medidas más contundentes, pero todas ellas suman.