GARA
MOSCÚ

El ISIS reivindica el ataque armado que dejó anoche decenas de muertos en Moscú

El Estado Islámico (ISIS) reivindicó anoche el ataque perpetrado unas horas antes por un grupo de personas armadas en el interior de una sala de conciertos en las afueras de Moscú, que se saldó con al menos 40 muertos y más de un centenar de heridos.

Los bomberos trabajan para sofocar las llamas en el Crocus City Hall.
Los bomberos trabajan para sofocar las llamas en el Crocus City Hall. (STRINGER | AFP)

El grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) asumió poco antes de las 11 de la noche (hora de Euskal Herria) el tiroteo en una sala de conciertos de un enorme centro comercial en las afueras de Moscú, que casi cuatro horas antes causó al menos 40 muertos y un centenar de heridos.

«Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura», informó la agencia Amaq, órgano de propaganda del ISIS, en su canal de Telegram.

El escueto comunicado no dio más detalles sobre el tiroteo que, según las autoridades de la región de Moscú, dejó más de una veintena de hospitalizados, cinco de ellos en estado grave, y se ha convertido en uno de los ataques más graves, por número de víctimas, de los registrados en Moscú en los últimos 20 años.

En las imágenes colgadas por testigos en las redes sociales se ve cómo varios hombres pertrechados con armas automáticas, ataviados con ropa de camuflaje y con la cabeza cubierta, disparan a bocajarro contra la gente que estaba entrando en el centro comercial antes de la actuación del grupo de rock Piknik, y los cuerpos de víctimas en medio de un charco de sangre.

Tras el tiroteo se produjeron varias explosiones que provocaron un gran incendio en el Crocus City Hall, cuyo tejado se desplomó en parte, y dificultó el acceso al edificio.

Canales de Telegram precisaron que en el momento del ataque en la sala de conciertos podría haber hasta 6.200 personas, ya que todas las entradas habían sido vendidas.

Al cierre de esta edición, las fuerzas especiales habían logrado evacuar el edificio y habían puesto en marcha un operativo para capturar a los cinco atacantes que irrumpieron en la sala de conciertos con armas automáticas.

Este ataque se produjo un día después de que el Estado Islámico reivindicara un atentado suicida cerca de las oficinas de un banco en el sur de Afganistán en el que al menos murieron 23 personas y otras 60 resultaron heridas.

Una semana antes de las elecciones presidenciales rusas celebradas entre el 15 y el 17 de marzo, varias embajadas occidentales, incluida la de EEUU, alertaron sobre posibles ataques en Rusia, porque había información de que «extremistas» planeaban algún tipo de acción importante en actos multitudinarios. De hecho, la Embajada de EEUU en Rusia había pedido el 7 de marzo a sus ciudadanos que evitaran eventos como conciertos en Moscú.

Preguntado ayer al respecto, John Kirby, un portavoz de la Casa Blanca, aseguró que Washington no tenía conocimiento previo del ataque.

«INTENTO DE INTIMIDAR»

Esos avisos fueron menospreciados por el presidente, Vladimir Putin. «Permítanme recordarles las recientes declaraciones, francamente provocadoras, de varias estructuras oficiales occidentales sobre la posibilidad de ataques terroristas en Rusia. Todo eso parece un abierto chantaje absoluto y un intento de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad», dijo esta semana en una reunión con la plana mayor del Servicio Federal de Seguridad (FSB).

Anoche, el alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, suspendió todas las actividades masivas previstas para el fin de semana en la capital, mientras las autoridades extremaban la seguridad en los aeropuertos internacionales en previsión de nuevos ataques.



Uno de los atentados más graves de los últimos 20 años en la capital

El ataque perpetrado ayer por el ISIS en Moscú es uno de los más graves, por número de víctimas, de los registrados en la capital rusa en los últimos veinte años. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Rusia no había sufrido ningún atentado.

El peor ataque registrado en Moscú en las últimas décadas se produjo el 23 de octubre de 2002 cuando un grupo de combatientes chechenos asaltó el Teatro Dubrovka y tomó como rehenes a unas 700 personas. Durante la operación de rescate, tres días después, murieron 129 rehenes (por inhalación de un gas empleado por el Ejército ruso en el operativo) y 41 atacantes (abatidos por las fuerzas especiales).

De la decena de atentados en la capital, los dos más grave se cometieron en 1999: en ambos hubo más de un centenar de víctimas mortales. El 9 de septiembre, una bomba en un edificio residencial de la calle Gurianov dejó 109 muertos y más de 200 heridos. Cuatro días después, otra bomba en otro edificio de la calle Kashirskaya mató a 124 personas (13 menores). GARA