GARA
MOSCÚ

Los autores de la masacre de Moscú se podrían enfrentar a cadena perpetua

Cuatro de los once detenidos tras la matanza del Crocus City Hall, perpetrada el viernes en las afueras de Moscú, ingresaron en prisión preventiva acusados de «terrorismo» como presuntos autores del atentado reivindicado por el ISIS y podrían enfrentarse a cadena perpetua. Algunas voces piden levantar la moratoria sobre la pena de muerte.

De izquierda a derecha, de arriba a abajo: Rachabalizoda, Mirzoyev, Fariduni y Fayzov, ante el tribunal.
De izquierda a derecha, de arriba a abajo: Rachabalizoda, Mirzoyev, Fariduni y Fayzov, ante el tribunal. (AFP)

Dalerdjon Mirzoyev, de 32 años; Saidakrami Rachabalizoda, de 30 años; Mujammadsobir Fayzov, de 19 años, y Shamsidin Fariduni, de 25 años, todos ellos con pasaporte de Tayikistán y acusados de haber participado directamente en un «atentado terrorista con resultado de muerte» se encuentran ya en prisión. Los cuatro son considerados por las autoridades rusas autores del atentado que el viernes dejó al menos 137 muertos y 182 heridos en la sala de conciertos del Crocus City Hall, después de que tres de ellos -Mirzoyev, Rachabalizoda y Fariduni- se declararon culpables ante el Tribunal de Distrito Basmanny de Moscú, adonde fueron llevados en un estado físico lamentable.

El Tribunal ordenó prisión preventiva para los cuatro sospechosos hasta el 22 de mayo, pero esta medida podrá ser prolongada a la espera de juicio, para el que no se ha fijado aún una fecha. Los cuatro podrían enfrentarse a cadena perpetua. El Código Penal ruso prevé la pena de muerte como medida excepcional para cinco delitos muy graves, pero no se ha aplicado desde hace tres décadas y desde 1996 existe una moratoria que, ahora, algunas voces piden levantar para restituir la pena capital.

Las fuerzas de seguridad rusas han detenido a 14 personas vinculadas con el atentado. Los tres últimos -un padre y sus dos hijos de origen tayiko-, fueron acusados de haber facilitado el automóvil en el que los atacantes huyeron.

ISLAMISTAS RADICALES

El presidente de Rusia, Vladimir Prutin, reconoció ayer que la masacre fue obra de islamistas radicales, pero insistió en que se debe investigar «quién se beneficia» de ese ataque, sugiriendo de nuevo que Ucrania podría estar detrás, algo que Kien y sus aliados niegan.

«Sabemos que el crimen fue cometido por manos de islamistas radicales, con la ideología de la que el propio mundo islámico ha estado luchando durante siglos», dijo durante la reunión sobre las medidas a tomar tras el atentado, pero insistió en su tesis.

«Los nazis, como bien es sabido, nunca han desdeñado los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos. Especialmente hoy, cuando su anunciada contraofen- siva ha fracasado por completo», añadió Putin, que considera que los autores del ataque buscaban sembrar el caos en el país, pero han visto «unidad y determinación por resistir este mal».



Ante el juez con signos de tortura

Los cuatro hombres acusados de ser los autores de la masacre del viernes en Moscú fueron presentados ante juez con evidentes signos de haber sido torturados bajo custodia policial. El portavoz del Kremlin se negó ayer a comentar las acusaciones de tortura. «Dejaré esta pregunta sin respuesta», dijo Dmitri Peskov.

En las fotografías se podían ver hematomas en la cara de todos ellos y una bolsa de plástico en el cuello de Dalerdjon Mirzoyev. Saidakrami Rachabalizoda tenía la cabeza vendada y, según se ve en vídeos de canales de Telegram supuestamente cercanos a los servicios de seguridad, le golpearon brutalmente y le cortaron una oreja, que le metieron en la boca. Medios independientes rusos señalaron que el agente que aparentemente le corta la oreja llevaba parches que indicaban su apoyo a grupos neonazis y parecía tener contacto con el grupo paramilitar de extrema derecha Rusich.

Mujammadsobir Fayzov llegó en silla de ruedas con una sonda, bata de hospital y acompañado de servicios de emergencia, ya que habría sido herido durante su detención. Algunos medios señalaron que podría faltarle un ojo. No fue capaz de abrir los ojos o hablar.

Shamsidin Fariduni, con la cara magullada y desorientado, podría ser el que aparecía en imégenes difundidas por las redes cuando le aplicaban descargas eléctricas en los genitales.GARA