Broma
El ministerio francés de Defensa anda de saldos, y aunque hoy sea el día del poisson d’avril no es ninguna inocentada. Ha conseguido meterle a Ucrania cientos de carros blindados obsoletos que, con más de 40 años en sus chasis, con suerte recorrerán varios kilómetros del frente antes de convertirse en chatarra bajo fuego enemigo. Es material viejo y destinado a ser retirado, pero es «todavía operativo», se defiende el ministro que, en un glorioso más madera que recuerda tiempos más oscuros, ha reclamado a la industria armamentística francesa producir más y más deprisa, sin excluir que se prioricen «las necesidades militares» respecto a las civiles con tal de lograr más municiones de cara a esta guerra y a las que puedan venir. Porque aunque también es material viejo, el discurso de la extrema derecha todavía es operativo y avanza inexorable en los sondeos de las europeas amenazando seriamente con llevarse las presidenciales ante una izquierda desconocida, incapaz de armar argumentos que acaben convirtiendo en chatarra la creciente ofensiva de chauvinismo, xenofobia, homofobia y otros cretinismos ahora tan en boga en la patria de los derechos humanos. Hay quien se alarma y afirma que estamos como lo estaban a las puertas de 1939. Pues va a ser que, a día de hoy, 1 de abril, no es ninguna broma.