GARA Euskal Herriko egunkaria
DE REOJO

Algunas cosas que no me creo


Cada día, entre bulos, rumores, campañas publicitarias, análisis demoscópicos, chistes malos y confesiones sin acto de contrición, nos tragamos decenas de informaciones que son mentiras o medias verdades. Existe una conspiración de baja intensidad para que nos alimentemos de ilusiones, para que saquemos conclusiones económicas simples, descubramos posibilidades de avances sociales inviables y así poco a poco ir creando individuos que seamos menos espontáneos que la Inteligencia Artificial empleada para fabricar un paquete de patatas fritas rizadas con sabor a torrezno de Usurbil.

Es muy urgente entrenar a algunos resortes de resistencia para protegerse de este bombardeo incesante. Sería bueno enumerar aquellas cosas que uno no se cree de ninguna de las maneras. Empiezo yo: el coste de la luz doméstica a un supuesto coste cero. Todas estas entelequias, juegos de manos, cuentas de las eléctricas para hacernos creer que, de tal hora a tal otra, de una tarde de abril, el precio a los mayoristas es menos de cero es propaganda no verificable. No se lo creen ni hartos de torrijas. Viendo ese vídeo testimonio de unos policías abusando con mucha violencia de dos ciudadanos africanos en una calle del barrio madrileño de Lavapiés, uno tiene esa sensación tan persistente de asco, de rabia al comprobar la discriminación y la agresividad estructural de esos individuos. Se anuncia que el ministerio de Interior va a abrir una investigación. ¿Alguien se cree que Marlasca se va a interesar por aclarar algo ante esos hechos tan habituales y encofrados en el propio sistema de represión? Ni lo sueñes.