En la etapa de Kanbo me caí, pude entrar en el pelotón, pero no iba bien posicionado y con la caída final me quedé cortado. Eran las dos etapas en las que tenía alguna opción de hacer un puesto, porque las siguientes son muy duras. En la de ayer se salió muy rápido, Bora no dejaba que se hiciera ninguna fuga hasta que en el kilómetro 50 se fueron tres y James Fouché hizo un carrerón para entrar y cumplir nuestro primer objetivo en la carrera.

Los cogimos bajando a Zegama, la idea era que entráramos como hombres rápidos en el sprint Gotzon y yo. Hubo mucha tensión, más gente de la que esperábamos. Él se vio implicado en la caída a dos de meta y yo no pude entrar muy adelante y acabé 17º. Creía que íbamos a subir más rápido Lizarrusti, que algún equipo apretaría, pero fuimos bastante despacio. Prefería que se seleccionase un poco más porque las sensaciones son buenas, me siento bastante bien. He encontrado rápido las carreras que me vienen bien, en las clásicas de repechos, de sube y baja.

Debutar en la carrera de casa es el sueño desde pequeño, correr con los mejores del mundo, y estoy muy contento de la oportunidad. La de ayer era la etapa más bonita para mí, por las carreteras que conozco de memoria, y cuando entramos en Zegama en el Goierri en todos los pueblos se escuchaba mi nombre y fue especial.

Es mi segunda carrera en el World Tour tras la Klasikoa, se va muy rápido y la velocidad la vamos a notar los días que vienen ahora.