Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
LA PRIMERA PROFECÍA

Una precuela acorde al célebre original

Tras el revés reciente que sufrió el fallido intento de reactivar la saga de “El Exorcista”, la idea de revitalizar el legado de “La Profecía” a través de una precuela sobre “el origen del mal” no auguraba mucho éxito. Sin embargo, “La Primera Profecía” se revela como la mejor película de terror satánico de los últimos tiempos y la más destacada de la saga después de la original de 1976, dirigida por Richard Donner y protagonizada por Gregory Peck y Lee Remick.

Abordar este proyecto era un desafío considerable, pero la guionista y directora Arkasha Stevenson, conocida apenas por algunos cortometrajes y episodios de series, logra hacerlo con valentía y asumiendo riesgos, logrando crear una película política sobre el Mal y sus manifestaciones, mientras ensaya un reflejo plausible del estado espiritual de nuestra era en los tumultuosos años 70. Además, plantea la idea de una secuela con una autonomía notable, evitando los guiños excesivos que suelen caracterizar a las nuevas entregas de este tipo de sagas. Aunque la anunciación de Demian y la búsqueda de la marca de su origen sustentan la trama, Stevenson despliega una imaginería poderosa, no del todo original, nutrida de referencias cinéfilas. Nell Tiger Free realiza una magnífica interpretación de una novicia que llega a Roma para tomar los hábitos. Es recibida por su mentor de la infancia, el cardenal Lawrence (Bill Nighy), y la lleva a una abadía donde asumirá funciones de institutriz antes de su ordenación. Desde su llegada, suceden eventos extraños, en particular alrededor de una joven huérfana y perturbada que permanece castigada en un rincón del orfanato. Stevenson construye un ambiente social convulso, siguiendo casi el modus operandi del giallo italiano, marcado por protestas estudiantiles que desafían el papel de la Iglesia como guía de las nuevas generaciones.