Ausencias y victorias

No hay nada más eficaz para borrar del mapa a personas, colectivos, ideas, que no nombrarlos, que no hacerlos visibles. Todo lo que no vemos parece no existir, todo lo que no es nombrado públicamente parece, solo parece, no existir. Me alegré, como parte de la ciudadanía vasca de la que soy parte, por la victoria del equipo masculino de primera división del Athletic y he seguido todo el relato mediático que se ha generado en torno a la victoria de la Copa del Rey, Iribar y Villalibre me emocionaron. Han pasado 40 años desde la anterior victoria de este torneo, pero no así de los numerosos triunfos que el equipo femenino ha logrado con esfuerzo y en desigualdad de condiciones laborales. A pesar de sus victorias, la gabarra no atravesó con ellas la ría, a pesar de las peticiones de la directora del Instituto Vasco de la Mujer o incluso el presidente del Consejo Superior de Deportes. En el 2024, nadie ha mencionado a las chicas del Athletic en los discursos, tampoco pudimos verlas en la retransmisión televisiva del evento acompañando a los flamantes ganadores como hicieran los vencedores del 84. Algunas, seguramente, como parte de un equipo y una afición que surgió del pueblo, como dice la canción, estarían detrás de las vallas esperando a que pasara la gabarra desde bien temprano. Felicidades por la victoria, para mí, algo amarga por las ausencias en el «relato».