El candidato del PP a lehendakari, Javier de Andrés, reunió ayer en Bilbo a Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía; Alfonso Rueda, de la Xunta de Galiza; Alfonso Fernández-Mañueco, de Castilla y León; Marga Prohens, de Illes Balears; y Yolanda Bel, secretaria general del partido en Ceuta, para respaldar su campaña y defender el «éxito» de las políticas que están aplicando en esas autonomías.

De Andrés elogió que han políticas implementado frente a las desarrolladas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, incidiendo en la referencialidad de su partido. Manifestó en varias ocasiones que «el País Vasco sigue siendo una potencia», «estamos en una buena situación -remarcó-, aunque la evolución no es buena», citando el crecimiento de la «inseguridad por la ocupación», el manido «éxodo» de jóvenes o el descenso del PIB per cápita.

«Proponemos una cosa que debe ser tan revolucionaria, como que la unión es buena; y ese es el principal problema que tenemos en el País Vasco, que tenemos un discurso permanente de cerrazón y de división y de fractura», lamentó.

Abogó por «derribar los muros que han construido los nacionalistas en 40 años, porque nos han empobrecido». «Les digo a todos los vascos que el Partido Popular es un partido que resulta, que es un partido que funciona. Comunidades autónomas, con más población que la vasca, que están creciendo, que están siendo referentes, que están siendo un ejemplo haciendo lo que nosotros decimos que se tiene que hacer en Euskadi, que es una sociedad abierta», defendió.

CONTRA SÁNCHEZ

Aunque la mayoría de los invitados centró sus discursos en exponer los «éxitos» de sus políticas, no perdieron la ocasión de arremeter contra su bestia negra, que no es otra que Pedro Sánchez. Así, Alfonso Fernández-Mañueco, que gobierna con Vox en Castilla y León, invitó a concentrar el voto constitucionalista en De Andrés, al ser una opción «moderada y útil». «Todo aquel voto que no vaya al PP será un apoyo a Sánchez, se estará respaldando directa o indirectamente las políticas nefastas de Sánchez», aseguró.

El presidente castellanoleonés añoró al PSOE de antaño, diciendo que el actual es «irreconocible» en referencia a la Ley de Amnistía o el «blanqueamiento del terrorismo». «Nuestros principios no están en venta, estamos en la centralidad, en la defensa de la Constitución española. Fuera no hay justicia ni hay democracia», subrayó.

Otro que no dudó en viajar a la capital vizcaina dos días después de formar Gobierno en Galiza fue Alfonso Rueda. La cuestión lingüística fue uno de los asuntos tocados por el sucesor de Alberto Núñez Feijóo al frente de la Xunta, al igual que lo hizo su homóloga balear. «No voy a perder un buen médico por una cuestión idiomática, ni una oportunidad por mirarnos al ombligo», destacó, congratulándose de su victoria frente al BNG, que consiguió frenar la «autodeterminación e imposición lingüística».