GARA Euskal Herriko egunkaria
1995

El coche bomba contra Aznar provoca «una fuerte sacudida»

La edición de «Egin» de aquel día llevó la noticia del coche bomba a las primeras páginas, a «Gure Gaia». (EGIN)

La explosión del coche bomba contra José María Aznar, un día como hoy hace 29 años, provocó una «fuerte sacudida», tal y como remarcaba “Egin” en su portada del 20 de abril. Pudo haber cambiado la historia y, en todo caso, la marcó, porque un año después Aznar fue elegido presidente del Gobierno español.

Un presidente que, entre otras medidas, impulsó la Ley de Partidos, que tuvo como objetivo la ilegalización del independentismo de izquierdas. Amagó en un momento con negociar con ETA, en 1998, pero sobre todo impulsó medidas represivas y reaccionarias, hasta que se estrelló contra el muro que él mismo había levantado en su empecinamiento en la cuestión vasca, al desvelarse sus mentiras y manipulaciones en el 11M, cuando intentó atribuir aquellos ataques islamistas a la organización armada vasca.

«El rey Juan Carlos I, el Gobierno español, los partidos políticos, los ejecutivos autonómicos, el Congreso de Diputados, el mundo de la economía y la Iglesia, entre otros estamentos respondieron al atentado sufrido por el presidente del PP, José María Aznar, quien resultó levemente herido ayer tras sufrir un atentado en Madrid», es el primer párrafo de la noticia principal de “Egin”, donde se destaca también las reacciones de ámbito internacional. Es más, para dar muestra del impacto que provocó el atentado, “Egin” destacó las ediciones especiales que publicaron al mediodía los diarios “Última Hora” de Palma y “El periódico de Aragón”.

El diario editado en Hernani, por su parte, publicó una infografía muy completa del atentado, con un plano de las calles colindantes de Diego Ayllón, donde residía José María Aznar, y de José Silva, lugar del atentado. Con información bien vistosa, que acompaña a una narración cronológica, el lector puede comprender la escena del coche bomba.

En ella, se remarca que el sistema elegido por los autores del atentado fue similar al utilizado con Carrero Blanco y que no se había utilizado en los últimos tiempos. Con el tiempo, se supo que el comando de ETA había tendido más de 200 metros de cable con el que accionar a distancia el coche-bomba.

En todo caso, aquella primera crónica de “Egin” empieza detallando que a raíz del atentado contra Gregorio Ordóñez, tres meses antes, el PP decidió extremar sus medidas de seguridad y, entre ellas, incorporar tres toneladas más de blindaje al vehículo en el que habitualmente se desplazaba su presidente, José María Aznar.

Y es que, para que Aznar saliera ileso del atentado con coche bomba, registrado cerca de su domicilio madrileño, resultó fundamental la protección del blindaje de su vehículo oficial. A consecuencia de la explosión, un total de dieciséis personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad, como por ejemplo Margarita González Mansilla, de 69 años, que fue rescatada bajo los escombros de su propia vivienda en estado de parada cardiorrespiratoria, y que murió cuatro meses después a causa de las heridas sufridas aquel día.

«Estoy bien», declaró José María Aznar, en una comparecencia de prensa ofrecida en la puerta de la Clínica Ruber, donde permaneció ingresado por precaución. «Que estén tranquilos y serenos como lo estoy yo», fue el mensaje emitido por el presidente del PP. Al día siguiente, el presidente del PP ya estaba al pie de cañón: «No pondrán en jaque a la gran nación española».

«RIESGO PARA ESPAÑA»

En el PSOE calificaron la acción de «atentado directo contra la democracia» y el coordinador general de IU, Julio Anguita, se refirió a los autores como «perros rabiosos y unos asesinos». A pesar de la «enérgica condena» como primera reacción, un día después del atentado, voces desde las filas del PSOE, de IU y del propio Gobierno español -la cuarta legislatura de Felipe González- expresaron su temor a que el PP utilizase el atentado en su beneficio electoral.

«Los terroristas, tarde o temprano, tendrán que responder de sus crímenes», aseguró Francisco Álvarez Cascos, secretario general del PP, en la declaración oficial emitida pocas horas después del suceso. En general, los mensajes trasladados por diferentes líderes políticos, al margen de HB, fueron parecidos. Condenaron «con absoluta contundencia» el atentado, desde afiliados del PP como Jaime Mayor Oreja, Mariano Rajoy o Manuel Fraga, hasta Juan José Ibarretxe, vicelehendakari del Gobierno de Lakua.

Los «mass media» eligieron un discurso en el que se realizaban pocas preguntas y las respuestas seguían siendo las habituales, a excepción otra vez de ‘Egin’, periódico que en su editorial, publicado en euskera y bajo el titulo «Arrazoi faltsuak» -(Falsas razones)-, sentenciaba: «La práctica totalidad de las declaraciones que se han producido a raíz del atentado contra Aznar no ayudan a entender la acción armada. Probablemente presa de la convulsión del momento, los partidos políticos, por encima de las razones de fondo, han preferido proferir frases fanáticas».

Martin Garitano, en su columna del día 21 -«El carrerazo»-, indagaba en los diferentes diarios estatales, concluyendo que el ataque a Aznar «llenó la prensa de ayer de titulares encendidos y ataques furibundos contra el independentismo vasco en general y la izquierda abertzale en particular».

En ese sentido, Herri Batasuna quiso poner de relieve la estrategia represiva «legal e ilegal» contra Euskal Herria y, en definitiva, «los planes de liquidación del pueblo vasco». «Si Euskal Herria es hoy una nación dividida y sin derechos políticos reales es porque se le niega su libertad por la fuerza, y en esa negación juegan un papel fundamental determinados responsables políticos», recordaba Herri Batasuna.



[2018] Mari Abrego, el alpinista vasco que abrió caminos del Himalaya

Hace 6 años, un día como hoy, fallecía el alpinista iruindarra Mari Abrego, a los 73 años de edad. Abrego tenía en su haber el ascenso al Jannu en 1981 y al menos en 25 ocasiones a la cima del Aconcagua. Asimismo había logrado cinco ochomiles: el Makalu en 1984, el K2 en 1986, el Nanga Parbat en 1992, el Broad Peak en 1995 y el Cho Oyu en 1999, a los que sumar cuatro intentos en el Everest en los años 1985, 1987, 1989 y 1990. Por todos estos logros deportivos, el Gobierno de Nafarroa le galardonó con la Medalla de Oro al mérito deportivo.

Dos años antes, Abrego concedía a GARA una entrevista con motivo del treinta aniversario de la cima conseguida en el K2, en la que señalaba que haber alcanzado esa cumbre supuso para él conseguir «la máxima ilusión» de su vida. Sin embargo, el periodista Iñaki Vigor le tuvo que recordar que se cumplían 30 años de aquel logro histórico. Un hecho simbólico que dice mucho del carácter de este alpinista, tal y como recordaba Beñat Zaldua en el obituario de Abrego.

Fue un alpinista innovador para la época -la expedición al K2 la componían solo él y Josema Casimiro- y en unas condiciones de descenso infernales, aquella ascensión al ochomil más exigente que existe fue el clímax de su carrera. Fue uno de los principales referentes de una generación de alpinistas que abrió los caminos del Himalaya a los que vendrían después.