Koldo LANDALUZE
ABIGAIL

Un entretenido festín sangriento

Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, los encargados de reflotar la nueva saga “Scream”, prometían una película visceralmente sangrienta, siguiendo la estela de su exitoso trabajo en “Noche de bodas”. Sin embargo, en esta ocasión parecen tropezar con su propia ambición. La película comienza como un intrigante misterio al estilo Agatha Christie, con los personajes encerrados en una mansión, solo para desviarse hacia el terreno del fantástico sin llegar a explotar todo su potencial. Aunque la película aprovecha el humor absurdo y el gore, no logra sacar partido de la riqueza de su premisa, que es una reinterpretación libre de los clásicos del género vampírico.

La trama sigue a un grupo de delincuentes que secuestra a una niña de doce años con la intención de extorsionar a su padre mafioso. Sin embargo, su plan se complica cuando comienzan a desaparecer uno a uno, enfrentándose a una presencia misteriosa que les dará caza. “Abigail” ofrece momentos de entretenimiento sólidos, especialmente gracias al carismático Dan Stevens, cuyo papel agrega una dosis de intensidad a la historia. Alisha Weir y Melissa Barrera también destacan en sus roles, aunque el desarrollo de la trama a veces se estanca y se pierde en subtramas innecesarias. La película podría haber sido una de las mejores del género de terror del año si hubiera tomado más riesgos y explorado a fondo sus personajes y su premisa. Aunque cumple con su cometido y cuenta con un diseño visual atractico, enraizado en el gótico tradicional que tan bien sienta a este tipo de propuestas, se queda corta en cuanto a innovación y potencial cinematográfico. Se trata de una película correcta, que entretiene sin esfuezo pero a la que le falta ese algo extra que la hubira convertido en una verdadera joya del terror contemporáneo.