GARA Euskal Herriko egunkaria

Sin texto


En Madrid, desde hace dos años, al amparo de una Academia de las Artes Escénicas de España, se celebran unos premios con el nombre de Talía que intentan desbancar a los Max. Son una expresión enajenada y enajenante que, con la coartada de difundir el noble arte del teatro, con sus formas y falta de rigor los convierten en un espectáculo televisivo de baja estofa. Con una estética trasnochada, un ideario de lentejuelas y espectáculo de puro entretenimiento, fingen representar a todas las artes escénicas del Estado español y lo cierto es que esa Academia, a la que pertenezco desde hace años, no tiene ninguna implantación significativa en muchas partes con una vida teatral importante como, por ejemplo, Catalunya.

Este lunes pasado se entregaron los correspondientes a este año y se dio una paradoja absoluta, yo diría que delirante porque “Forever” de Kulunka, se llevó el premio a la mejor obra de “teatro de texto”, cuando es obvio que esta compañía vasca no utiliza texto de ningún tipo en sus exitosas y exquisitas obras. A Iñaki Rikarte le dieron el de mejor director, merecido. Mi disconformidad con estos premios es por su tono banal, la falta de rigor manifiesta, su desculturización, al empleo de esquemas mercantiles para su difusión y el centralizar todo en su presidenta, convertida en una estrella. Y todos los premiados son merecedores del reconocimiento, pero si acumulamos premios que se excluyen, ninguno valdrá nada.