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Entrevista
Roger SENSERRICH
Politólogo, autor del libro «Por qué se rompió EEUU»

«Si gana Trump será la hungarización de Estados Unidos, una ‘democradura’»

El politólogo Roger Senserrich explica en su libro «Por qué se rompió EEUU» las profundas causas de la crisis norteamericana y su origen en el cambio impulsado por Nixon en la derecha y advierte sobre la deriva «fascista» de los republicanos. El cambio demográfico y la no tanta fidelidad del voto no-blanco, claves para el futuro.

(Jeenah MOON | AFP)

 

La vida del entrevistado se explica en tres continentes: hijo de catalanes pero nacido en Venezuela, donde vivió hasta los seis años, cuando regresó a Catalunya y donde se graduó de politólogo. Sin embargo, hace ya años que Roger Senserrich reside en New Heaven (EEUU) y es director de comunicaciones del progresista Connecticut Working Families Party, coaligado a los demócratas.

En entrevista con GARA, repasa los motivos de sociología política que explica en su libro «Por qué se rompió Estados Unidos» (Ed Debate, 2024) sobre el auge del trumpismo y la posibilidad (insólita para ojos europeos) de que alguien como el expresidente Donald Trump pueda volver a ser votado por casi la mitad del país.

Sitúa las raíces del giro del Partido Republicano (PR) en los cambios logrados por Richard Nixon en la década de los 70, cosechando el desagrado del obrero contra las reformas progresistas de las grandes metrópolis, además de una Constitución añeja que traba al sistema.

«Estaremos el día de elección tirando dados», avizora, a la vez que dice que en unos años la política seguirá dando sorpresas gracias al gran cambio demográfico interno.

La era Trump y el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, ¿son una anomalía o una consecuencia natural?

Son una consecuencia. El 6 de enero es el resultado de años de una deriva hacia un conservadurismo cada vez más reaccionario del Partido Republicano, una deriva de la visión que tiene ese partido de las instituciones y cómo pueden utilizarlas e instrumentalizarlas para conseguir y mantener el poder. Trump no es un accidente, es la culminación de una serie de tendencias políticas e institucionales que llevaban décadas.

¿El Trumpismo se ha convertido en una nueva ideología?

Hasta cierto punto es una categoría política nueva. Si hay una que le cabe más cercana es fascismo porque tiene la retórica de animalizar a las personas que no son de su grupo. Ha llamado ratas a inmigrantes, lleva diciendo en esta campaña que será un dictador al menos unos días si recupera la Presidencia, habla de las personas que están presas por el ataque al Congreso como mártires y rehenes y dice que las va a indultar… es difícil no definirlo como fascista. Es un populismo moderno con componente de payaso, de persona salida de un reality TV, una criatura del famoseo. Si le quitas esta capa de horterismo televisivo que tiene encima, es un fascista. Y si hay algo en lo que es muy hábil es en no parecer un político convencional, crea complicidades con su audiencia, les hace creer que es uno de ellos, que entiende todos sus agravios y que tiene los mismos enemigos.

Hay académicos que dicen que el PR ha dejado de ser una centroderecha tradicional y se ha vuelto un partido antisistema populista. ¿Coincide?

Sí, es así. El PR siempre ha sido una coalición incómoda entre varios grupos -anticomunistas, de derecha religiosa, de partidarios de la gran empresa americana, del libre mercado- y había un grupo que le daba los votos pero que nunca tenía el poder, un grupo populista autoritario anti elites. Era una facción que tenía votos en las bases pero nunca había tenido el poder. Lo que hace Trump es que esta facción siempre minimizada y a la que trataban de dejar al margen, llegue al poder. Es un voto reaccionario, del resentimiento, que empieza a cultivar Richard Nixon y que se convierte en la ideología dominante. Viendo a quién han escogido, no es un partido democrático.

¿Por qué menciona a Nixon como el origen de esta crisis?.

Nixon era un líder excepcional, con un increíble olfato estratégico y capacidad de conectar con los votantes. Gracias a este talento redefinió por completo el sistema político americano. Muchas de sus ideas, su retórica y algunas de sus decisiones electorales siguen marcando la agenda del país; Estados Unidos vive bajo su sombra.

La opinión no es original mía, es la tesis del libro “Nixonland” de Rick Pearlstein. La idea básica es que Nixon es la persona que ve la oportunidad, ve la ley de derechos civiles del 65 como la oportunidad de su partido para recuperar el sur, que estaba desencantado con (el demócrata) Lyndon Johnson por aprobar la ley de derechos civiles, y él ve que apelando a la hostilidad ganarán el sur. ¿Cómo haces eso sin perder votos en el norte, que estaba en contra de la segregación? Lo logra con un encaje de bolillos, apelando al resentimiento de la clase trabajadora anti elite, el mensaje a la mayoría silenciosa de cómo las elites progresistas ninguneaban a la gente común.

Es el mensaje trumpista de que los progres de las costas te desprecian y creen que eres tonto cuando la mayoría de la gente es como tú.

Lo que consigue Nixon es construir esta coalición alternativa a la que nació con Roosevelt y consigue que los republicanos ganen la Casa Blanca casi sin parar desde los 70 hasta 2008, porque recordemos que Clinton gana casi por casualidad (en 1992).

El mapa que Nixon redibuja en el 68 lo estamos relitigando desde entonces. Hay variaciones claro, pero es un sur más republicano y conservador, con una fuerte división entre zonas urbanas y rurales, y un giro de los sectores con educación superior al Partido Demócrata. Después de la crisis de 2008, da oportunidad a los demócratas.

El factor demográfico parece pesar mucho, ¿es así?

El cambio demográfico es interesante, es un país cada vez menos blanco y, a la vez, un país donde los no blancos votan cada vez menos a los demócratas. La polarización racial ha disminuido y el voto afroamericano y latino hacia el PD ha bajado. Hace unas décadas, la gente con estudios universitarios en Estados Unidos votaba conservador y eso ya no sucede. El PR gana votos en gente sin educación superior. Un ejemplo es lo que sucedió en Georgia (en 2020): es un estado con gente con muchos estudios y mucha gente afroamericana que ha venido del norte a vivir allí porque está la ciudad de Atlanta. Es algo parecido a lo que está empezando a suceder con Texas, que las grandes ciudades son demócratas y muy poco a poco se ha movido a la izquierda. Si la tendencia sigue así sería un estado competitivo en 2028 o 2032.

En el libro menciona problemas constitucionales que explican la crisis.

Es que es una Constitución escrita a finales del siglo XVIII, sin la experiencia de ver democracias caer y tiene muchos agujeros. El Senado sobrerrepresenta a los estados pequeños y rurales creando un sesgo muy conservador en el poder legislativo y el otro es el presidencialismo, con dos legitimidades separadas, y eso hace que sea un sistema político mucho menos dinámico. Además, la Cámara de Representantes se reelige en totalidad cada dos años, están en campaña permanente.

Entre la II Guerra y los 80 el voto era más transversal y ahora no, mucho más polarizado, ¿por qué?

Sí, la no polarización antes de los 80 era sobre todo porque los partidos eran muy incoherentes internamente. La coalición del PD era básicamente la de Roosvelt: sindicalistas, obreros y sureños autoritarios en el sur, y los republicanos eran moderados en el norte y tenían poca gente en el sur. El demócrata mas conservador era mas conservador que el republicano moderado del norte. Lo que sucede después de Nixon es que los partidos se vuelven coherentes, sin, el PR acumula todo lo que hay a la derecha y el PD a la izquierda.

¿El PD está en crisis?

Bueno, ganaron el voto popular en 7 de las últimas 8 elecciones generales. Ellos están obligados a ganar por 4 puntos por el sistema del colegio electoral. Aunque es un partido mayoritario está obligado a actuar siempre a la defensiva y tiene que presentar al moderado de los moderados y no pueden permitirse unas primarias que les debiliten, o conflictos internos que haga que estos márgenes estrechos les perjudiquen. Esta obligación de tener una campaña perfecta para poder ganar las elecciones les complica. La izquierda del PD es ruidosa y ha ganado poder y visibilidad, y las élites la escuchan pero no han dejado que la izquierda tome el partido. Una de las virtudes de Biden es que ha conseguido que el ala izquierda se fíe de él, algo que no hizo Hillary en 2016. Su libertad de maniobra es limitada pero ha dado a entender que hará todo lo que pueda y, por ejemplo, sacó adelante una ley ambiciosa sobre cambio climático que le ha quemado capital público en votantes moderados.

¿Cómo se explica a un europeo que la primera potencia mundial puede volver a darle el triunfo a alguien como Trump?

Son muchos años de polarización y de un movimiento conservador que ha ido perdiendo la cabeza poco a poco. Lo que hace Trump en muchos casos es coger la talk radio (tertulia) y llevarla a la arena política. Es un caso de un partido político que decide apelar a los instintos más bajos y descubre horrorizado que esos votantes exigen que les haga caso. Una vez que apelas a ellos no solo te van a votar sino van a exigir que seas como ellos. Es lo que sucede tras varias décadas de jugar con fuego y acabas creando un monstruo. Siendo EEUU un país tan enorme y bifurcado culturalmente, es un país que ha crecido mucho pero hay regiones que se han quedado muy atrás, ciudades del sur, del midwest en la que la desindustrialización eliminó oportunidades, es un país que se bifurcó en las costas y un resto que se quedó completamente atrás y cuando un reaccionario les dijo que no era su culpa, pues se lo han creído.

Y si gana Trump será la hungarización de EEUU, vendrán reformas antidemocráticas pero constitucionales y este Supremo lo va a tragar. Vendrá una ‘democradura’, esa es la aspiración explícita de Trump.