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RAFAH

Israel extiende a toda la Franja su ofensiva, que deja ya 35.000 muertos

Los desplazamientos forzados se multiplican en la Franja de Gaza, tanto al sur, donde están amenazadas cerca de un millón de personas, como en el norte, donde la reanudación de los ataques vuelve a obligar al éxodo a entre 100.000 y 150.000 personas que habían regresado recientemente. «Ya no queda lugar seguro en Gaza», asegura la ONU.

Movimiento de tanques israelíes, ayer a las puertas de la Franja de Gaza.
Movimiento de tanques israelíes, ayer a las puertas de la Franja de Gaza. (Menahem KAHANA | AFP)

«¿A dónde quiere (Israel) que vayan? ¡Ya no queda lugar seguro en Gaza! Es gente que está exhausta, que tiene hambre y que se ha quedado sin opciones. Las otras ciudades de Gaza, como Jan Yunis, que en principio deberían albergar a esta gente han quedado reducidas a escombros y siguen bajo ataque». Estas palabras desesperadas, que resumen la situación de centenares de miles de civiles en la Franja de Gaza corresponden al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Turk, que ayer puso cifras al nuevo desplazamiento forzado que está provocando Israel en la ciudad de Rafah, el cual vio «irreconciliable» con el Derecho Internacional.

Concretamente, Turk denunció que, en menos de una semana -desde el 6 de mayo- 278.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares en zonas de Rafah amenazadas por el Ejército israelí, entre ellas «heridos, discapacitados y enfermos crónicos».

Las nuevas «órdenes de evacuación», según la terminología empleada por Tel Aviv, amenazan a otro millón de personas, según expuso el Alto Comisionado. De ellas, 600.000 son menores de edad, afirma Unicef.

«Me resulta imposible reconciliar estas órdenes de evacuación, y mucho menos un asalto total, en una zona tan densamente poblada de civiles, con los requerimientos vinculantes del Derecho Internacional y las medidas provisionales ordenadas por la Corte Internacional de Justicia», añadió Turk. Un tribunal, por cierto, al que ayer apeló también Egipto, que anunció que pedirá incorporarse a la acusación de genocidio.

Por su parte, EEUU volvió a advertir ayer al Gobierno de Benjamin Netanyahu contra la operación en Rafah. El secretario de Estado, Antony Blinken, la calificó de «insostenible» y auguró que no terminará con la presencia de Hamas en la zona. También dijo que bloquearán el envío de «ciertos sistemas» de armamento adicionales si Israel lanza una incursión terrestre.

NUEVOS ATAQUES EN EL NORTE

Aunque los focos se centran estos días en la sureña Rafah, la acción del Ejército israelí se volvió a centrar ayer en el norte de la Franja. Israel atacó numerosos emplazamientos en Jabalia y Beit Lahia, arguyendo que Hamas se está «recomponiendo» en una zona sobre la que Tel Aviv reivindicó su «control operativo» en enero.

El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el general Harzi Halevi, advirtió de que «habrá que repetir una y otra vez» estos ataques hasta «establecer en Gaza una autoridad y una infraestructura que no sean la de Hamas». «Es una tarea digna de Sísifo», añadió, para describir una reanudación de los combates que, según fuentes del Ejército citadas por ‘‘Jerusalem Post’’, provocará un nuevo desplazamiento forzado de entre 100.000 y 150.000 personas.

Se trata familias que regresaron al norte de la Franja las últimas semanas, después de haber huido al sur al inicio de la ofensiva, hace siete meses. Estos sí, verdaderos Sísifos.

NUEVO BALANCE DE VÍCTIMAS

El mismo día en el que Israel anunció una amnistía para sus soldados, el Ministerio de Sanidad gazatí elevó el parte de fallecidos a causa de la ofensiva israelí a 35.034, tras sumar 63 nuevas víctimas mortales del Ejército sionista a lo largo de las últimas horas. Los heridos son ya 78.755. Las autoridades de la Franja recuerdan, en cualquier caso, que esta es una cifra provisional, dada la imposibilidad de acceder a los escombros en muchas zonas del territorio.