14 MAY. 2024 Israel celebra su independencia repitiendo la Nakba en Gaza Cientos de miles de personas huyendo de un lugar a otro, bajo las bombas, los drones y los francotiradores, expulsadas por los tanques de los refugios y sin saber dónde ir. Las escenas de pánico revivieron por toda la Franja de Gaza la Nakba palestina en el comienzo de la celebración de la independencia del Estado ocupante. Una familia palestina desmonta su tienda y recoge sus pertenencias para huir del campamento de Rafah. (AFP) GARA GAZA «Nos desplazamos de un lugar a otro, pero los bombardeos continúan en todas partes», describe Mahmud al-Barsh su existencia en los últimos siete meses en Gaza, con la vida reducida a un macabro «juego del gato y el ratón» para escapar de las balas y los proyectiles, y en el que miles de personas no han sobrevivido. Huyendo constantemente, pero a la vez atrapados. Este palestino de 33 años acaba de llegar a la ciudad de Gaza tras huir de Yabalia, más al norte, que en las últimas horas se ha convertido en otro infierno. Israel comenzó ayer los actos de celebración de su independencia -que conmemora hoy- y que para los palestinos supone la Nakba, el «desastre» de la expulsión de sus hogares por los sionistas hace 76 años, y que rememoran al día siguiente. Pero este año Israel ha extendido y aumentado las escenas del terror de la Nakba por todo Gaza. Aviones de combate israelíes volvieron a bombardear varias zonas del campo de refugiados de Yabalia, que ya fue un blanco masivo en las primeras etapas de la ofensiva israelí. Después de afirmar haber eliminado la presencia de combatientes de Hamas en el norte, el Ejército israelí asegura que el grupo palestino ha reconstituido fuerzas allí y ha lanzado otra operación para expulsar a la población, con mensajes lanzados en folletos o llamando por teléfono a los residentes. Oum Adi Nasser explicaba que, aterrada, se llevó a sus hijos a la ciudad de Gaza. «No es la primera vez que nos vemos desplazados. Cada vez que intentamos regresar y asentarnos, hay una operación, y aviones y tanques nos bombardean», señala. TANQUES EN LAS ESCUELAS-REFUGIO El periodista Hossam Shabat relató cómo las fuerzas de ocupación irrumpieron en los refugios para los desplazados y obligaron a los residentes a marcharse sin ninguna de sus pertenencias en medio de intensos bombardeos y disparos que atacan sobre todo viviendas dentro del campo. Los servicios de ambulancias rescataron al menos 25 cuerpos y atendieron a decenas de heridos, aunque quedaba gente atrapada bajo los escombros. Contaron que las fuerzas de ocupación también atacaron a las ambulancias y no pudieron llegar a un gran número de víctimas. Las tropas israelíes rodearon y asaltaron los centros de refugio y obligaron a cientos de personas a desplazarse al oeste de la ciudad, entre disparos de drones y francotiradores. Sabiendo que Israel ataca igual en el norte que en el sur o el centro de la Franja, la gente es reacia a desplazarse a lo que Israel designa como «zona humanitaria», en el área costera de Al-Mawasi, donde viven hacinadas cientos de miles de personas en tiendas improvisadas en la playa, sin agua potable ni saneamiento. «La gente sigue llegando, han escapado con miedo y desesperación. Llegan con la mirada perdida sin saber dónde instalar sus tiendas», indicó Paulo Milanesio, coordinador de emergencias en Gaza de Médicos sin Fronteras, organización que repartió 250.000 litros de agua potable para una cobertura de 70.000 personas, pero aún insuficiente para la población allí desplazada, en torno a las 400.000 personas. Mahmud al-Barsh dice que no sabe a dónde ir, porque «ningún lugar es seguro, ni la ciudad de Gaza ni el norte. Todos están bombardeados». De hecho, el barrio de Zeitun, en la ciudad de Gaza, seguía, como en días anteriores, bajo fuego de la artillería y la aviación israelíes. Los tanques ante las escuelas que sirven de refugio acabaron por forzar la salida de los desplazados. Bajo los proyectiles, Abed Ayad, de 40 años, huyó de su casa en Zeitun, con sus padres, hermanos e hijos, hacia la zona del puerto. Es la cuarta vez que tiene que huir de un lugar a otro. «No llevamos ropa ni comida. Solo pensamos en sobrevivir al bombardeo», explica. Su padre resultó herido por la metralla y fue trasladado en una camilla improvisada al hospital, porque ninguna ambulancia llega al barrio. Residente en Zeitun, Iman al-Ramlawi, de 35 años, cuenta la misma historia: «Huimos de la casa con los bombardeos sobre nuestras cabezas y fuimos hacia el oeste de la ciudad de Gaza. Cada vez nos vamos sin saber si volveremos y si seguirá en pie o destruida por las bombas». Es el horror generalizado en todo el enclave, una huida masiva a ninguna parte de la población hambrienta bajo una lluvia de bombas y disparos constante. Según la Unrwa, la agencia de la ONU responsable de los refugiados palestinos, quedan alrededor de 250.000 personas en la parte norte de la Franja de Gaza, donde se encuentra la ciudad de Gaza, en gran parte destruida. Y unas 64.000 personas han huido de Yabalia y Beit Lahia, otra localidad del norte, desde que se reanudaron los bombardeos. PÁNICO Y AGOTAMIENTO Más un millón de personas huyeron del norte y del centro de la Franja hacia Rafah, en el sur, de donde ahora vuelven a salir mientras Israel comienza la incursión terrestre que va a aumentar el baño de sangre. Desde el pasado lunes, el Ejército israelí avanza desde el este de la ciudad hacia áreas cada vez más densamente pobladas. Según la Unrwa, desde las primeras órdenes de evacuación, cerca de 360.000 personas han huido de esta superpoblada ciudad. Ayer, el Ejército volvió a sembrar el pánico en otras dos zonas al ordenar a los residentes que se marchen y con intensos bombardeos de artillería. Los supervivientes, exhaustos física y psicológicamente están normalizando un sufrimiento extremo. Obligados a caminar horas para lograr algo de agua o comida, soportando el calor por las mañanas y el frío por las noches en las tiendas de campaña. En los campos hacinados entre el hedor de la basura y del humo, tener un espacio para levantar un precario refugio de plástico y madera se convierte en un lujo, y cualquier acto sencillo, como descansar o dormir, en un difícil logro; llegar a un hospital o conseguir medicamentos, una tarea casi imposible. Una tienda de campaña, el refugio más básico, puede costar hasta el equivalente de 1.000 dólares, y un viaje desde Rafah hasta Al-Mawasi, hasta 270 dólares. Por otro lado, las milicias de Hamas y de la Yihad Islámica libraban intensos combates cerca del campamento de Yabalia y lanzaron ataques contra militares israelíes. Al menos dos soldados y un mercenario contratado por el Ministerio de Defensa resultaron gravemente heridos en los combates de Rafah. Las Brigadas Ezzeldin al-Qassam, brazo armado de Hamas, informaron de que, a causa de los bombardeos, han perdido el contacto con los milicianos encargados de custodiar a cuatro de los israelíes prisioneros desde el 7 de octubre, entre ellos uno de los ciudadanos israelíes-estadounidenses. Las bombas también mataron a un empleado internacional de la ONU en un ataque contra un vehículo perfectamente identificado como de Naciones Unidas, cerca del cruce fronterizo de Rafah. A pesar de la brutalidad de la ofensiva israelí y por encima de retóricas, el Gobierno de EEUU mantiene su apoyo. Ayer, la Casa Blanca rechazó que haya un genocidio en la Franja de Gaza, pero pidió a Israel que «haga más» para garantizar la protección de los civiles en el enclave palestino. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sí que presiona a su aliado y le reclamó que no deje que las «turbas» propalestinas que desde hace semanas se manifiestan en las universidades marquen la política exterior de la Casa Blanca y mantenga su estatus de «potencia global suprema». Hezkuntza komunitatea kalera irten zen berriro Ikama ikasle mugimenduak mobilizazioak eta lanuzteak egin zituen atzo Hego Euskal Herriko ikastetxeetan, nazioarteko #StudentsForGaza mugimenduarekin bat eginez. Palestinako ikurrek lagunduta eta ‘Genozidioa gelditu’ lelopean, hiriburu zein eskualde buruetan pilatu ziren ikasleak, hezkuntza komunitate osoari zabaldu zioten deialdi batean. Mobilizazio hauekin «mundu mailan hedatzen ari den olatuari» segida eman nahi zion Ikamak. «Unibertsitateetako campusetako kanpaldiek arrakasta handia izan dute eta, aldarriak mahai gainean mantentzeko, deialdiak ahal bezain laster egitea erabaki dugu», azaldu zuen Nahia Artza Ikamako kideak NAIZ Irratian. Ikasleriak «mobilizazio zikloaren lekukoa hartu eta, unibertsitateetan kanpaldiekin egin bezala, ikastetxe guztietara zabaltzeko unea» dela iritzi du ikasleen mugimenduak. Halako mobilizazioak «inoiz baino garrantzitsuagoak» direla nabarmendu zuen ikasle mugimenduak, izan ere, «Israelek palestinar herriaren erabateko desagerpena baino ez du helburu». Horregatik, nazioarteak «planto egin behar» duela defendatu zuten. Ikamatik, gainera, Euskal Herriko erakunde «ekonomiko eta politikoei» eskatu diete «Israelekin dituzten akordio guztiak» gelditzeko. Gainera, aipatu zuten «historikoki» ikasleek beti erakutsi dutela gauzak aldatzeko «gaitasun mobilizatzailea» eta «oraingoan ere horrela izatea beharrezkoa» dela. Honela, campusetako mobilizazioen indarrari jarraipena emanez, «hezkuntza eremu osoan» zabaldu nahi dute ekimena. Hala ere, zenbait tokitan ezin izan zituzten lanuzteak gauzatu. Artzak azaldu zuenez, «azterketa garaian gabiltza, batxilergoko ikasle pila gabiltza bueltaka azterketak direla-eta; honen ondorioz, ezin izan ditugu lanuzteak aurrera eraman». GARA MILITAR RENUNCIAEl comandante de las Fuerzas Armadas de EEUU Harrison Mann renunció como militar por motivos de conciencia por el apoyo del Gobierno estadounidense a la ofensiva de Israel contra Gaza. Mann, destinado en la Agencia de Inteligencia de Defensa, explicó que EEUU ha facilitado y aportado medios para la muerte de civiles palestinos. AYUDA ATACADADurante el minuto de silencio en Israel para marcar el Día en Recuerdo de los Caídos, un grupo de decenas de israelíes bloqueó y vandalizó cerca de Hebrón un convoy de ayuda para los palestinos en Gaza. Se trata de un grupo de reservistas que ya ha protagonizado episodios similares.