El helicóptero en el que viajaba el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, desapareció ayer en una zona montañosa e inaccesible de la provincia de Azerbaiyán Oriental, en el extremo norte de Irán. La primera versión oficial habló de un «aterrizaje forzoso» a causa de una densa niebla.

Las autoridades iraníes estimaban que el helicóptero se encontraría en la zona de Kalibar, a unos 30 kilómetros de la frontera con Azerbaiyán, donde el mandatario y su comitiva habían participado antes en la inauguración de una presa junto al presidente azerí, Ilham Aliyev.

Raisi viajaba en un convoy de tres helicópteros y en el aparato desaparecido se encontraban también el ministro de Exteriores, Hosein Amirabdolahian, el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati, y el ayatolah Mohammad Ali Ale-Hashem, representante del líder supremo en la región.

Al menos 65 equipos militares y de respuesta rápida de varias provincias se desplegaron en la zona y la rastrearon a pie ante la imposibilidad de acercarse en helicóptero. Se lanzaron varios drones pero la niebla y la lluvia dificultaron también la búsqueda por aire en una zona accidentada y montañosa.

Poco después, el Ejército afirmó haber recibido «una señal del helicóptero y del teléfono móvil de uno de los tripulantes», lo que permitió localizarlo.

Ante la alarma por la suerte del presidente, el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, pidió calma tras horas de infructuosas búsquedas. «El pueblo de Irán no debe de preocuparse, no habrá interrupciones en las funciones del país», afirmó Jamenei, que llamó a rezar por la salud del presidente y de sus acompañantes.

La alarma por su desaparición es mayor por la crisis política del país, ocultada con represión, y por el papel de Irán en el conflicto que Israel prendió en todo Oriente Medio con la invasión de Rafah, y en el que ambos países llegaron a un peligroso intercambio de ataques de drones y misiles sin precedentes. Teherán apoya a Hamas y Hizbulah, pero ha contenido su respuesta a Israel. Junto a la alarma y ante la confusión sobre lo sucedido, se dispararon las teorías sobre un posible ataque israelí o incluso un ataque interno.

El mandatario ultraconservador llegó al poder en 2021, tras imponerse en las elecciones presidenciales con la participación más baja en la historia de la República Islámica enarbolando la bandera de la lucha contra la corrupción y la pobreza. Durante su Gobierno se ha intensificado la represión contra activistas, mujeres y críticos con el régimen.

Siempre ataviado con un turbante negro y un manto religioso, se le consideraba uno de los posibles sucesores del líder supremo, Ali Jamenei, junto al hijo de este, Mojtaba Jamenei.

Raisi salió reforzado de las elecciones legislativas celebradas en marzo, las primeras elecciones nacionales desde el movimiento de protesta que sacudió Irán a finales de 2022.