Fuera de foco
Lo realmente reseñable en la concentración de ultras y neofascistas en el palacio de Vistalegre del barrio madrileño de Carabanchel es la cantidad de participantes, la uniformidad de sus actitudes y la puesta en escena que coloca a Vox como punta de lanza para formar parte del movimiento internacional del odio y la reacción. Si nos entretenemos con la actuación vociferante y provocativa de Milei, lo que hacemos es desviar la atención con el intento de dejar al PP en su laberinto de querer estar y no poder en ese akelarre, a Feijóo en su negligente postura de incertidumbre y a Sánchez con una jugada de farol, porque está claro que no lleva treinta y una.
Y es que entramos en unas horas en la campaña de las elecciones europeas, esa cita con las urnas que no acaba de enganchar a muchos ya que no es fácil visualizar lo que significa Europa, su parlamento, sus estructuras, comisiones, banco central y demás herramientas que hacen posible el desarrollo de una idea de esta parte de occidente y que hasta la última elección, se sustentaba de una manera más o menos segura sobre la concepción de democracias liberales consolidadas, una sociedad del bienestar, los derechos humanos y la moneda única.
Si ganan, como se aventura, estos partidos de extrema derecha que proclaman la abolición de derechos y libertades, que en los económico son los más neoliberales, que hacen campaña esgrimiendo la migración como un problema, ¿se podrá mantener todo el sistema europeo desde estas perspectivas políticas ultranacionalistas? Una pregunta fuera de foco.