Arnaitz GORRITI
EUROCOPA 2024

En una Europa convulsa, Alemania celebra jugar unida

Entre los años 1949 y 1990, la Guerra Fría dividió a la nación alemana entre el Este y el Oeste. Después de la reunificación, un total de 37 jugadores han vestido la elástica de “Die Mannschaft”, siendo Matthias Sammer tal vez el más sonado y Toni Kroos el último de los nacidos cuando la República Democrática de Alemania aún existía.

El histórico partido del Mundial 1974 en el que la Alemania Oriental venció a la Occidental, y Matthias Sammer, el jugador de la RDA de mayor impacto en la Alemania reunificada.
El histórico partido del Mundial 1974 en el que la Alemania Oriental venció a la Occidental, y Matthias Sammer, el jugador de la RDA de mayor impacto en la Alemania reunificada. (@EBFOOTBALL - @GERMANFOOTBALL)

Europa se convulsiona, dando por momentos más miedo que vergüenza, que ya es decir, visto el panorama, con la extrema derecha en auge y haciendo gala de una falta de complejos que da miedo, en buena medida por la pista de aterrizaje que le están ofreciendo la «derecha liberal» y la socialdemocracia. Pero en esta Eurocopa que comienza hoy en tierras germanas, Alemania ya no distingue entre el este y el oeste.

¿Cómo? Veamos, estamos a mediados de junio de 2024 y el muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989 y la reunificación alemana se produjo en 1990, en virtud de la Ley Fundamental de Reunificación, en vigor desde el 3 de octubre de 1990. Se restablecía de una fractura que databa de 1949, en el contexto de una Guerra Fría y de una Alemania controlada por estadounidenses, franceses, británicos y soviéticos tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

Previamente al 3 de octubre y el tañido de la Campana de la Libertad en un contexto de final de la citada Guerra Fría -el colapso soviético tardaría solo un año en demorarse-, la Ley Fundamental entra en vigor en los nuevos estados de Brandeburgo, Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Sajonia, Sajonia-Anhalt, Turingia y el este de Berlín, para concluir la adhesión de la República Democrática de Alemania (RDA) en la República Federal de Alemania (RFA). Estos «estados federados» fueron creados mediante una reorganización político-administrativa aprobada durante la sesión del 22 de julio de 1990.

Pues eso. Alemania lleva unida desde hace casi 35 años y como tal, jugadores nacidos en la Alemania del Este, como Thomas Doll, Matthias Sammer, Steffen Freund, Andreas Thom, Ulf Kirsten o Bernd Schneider, o el mismísimo Toni Kroos -nacido en la ciudad de Greifswald, en la Pomerania Occidental, allá por el 4 de enero de 1990, cuando la RDA todavía existía aunque su suerte ya estaba echada- han tenido presencia, peso específico y han vivido éxitos con la selección alemana unificada. Alemania, de hecho, celebró un Mundial de fútbol en 2006, mucho después de volver a ser una, incluso con una sede en la antigua RDA como es la ciudad de Sajonia de Leipzig. ¿Entonces, a qué viene la mención de la reunificación?

Europa vive una nueva etapa convulsa, como la vivió en 1988, cuando se disputó la última Eurocopa con las dos Alemanias divididas. Una Eurocopa que vio cómo solo la Holanda de Gullit y Van Basten frenaba a la URSS, en vísperas de que el el Bloque del Este se viniera abajo. Y ahora, en una Europa en vísperas de nadie sabe qué, acoge una Eurocopa con la Alemania reunificada, pero con un cierto sabor de lo que pudo haber sido y no fue.

UN INVENCIBLE QUE NUNCA FUE

Nadie más diáfano que el finado Franz Beckenbauer. El “Káiser” vaticinó que serían «invencibles durante una década», al calor del título mundial logrado en 1990, un Mundial en el que la RDA no pudo participar más por una deriva política que por falta de talento. Sin embargo, no fue así. Las diferencias se hicieron evidentes. Tras la caída del muro, hace ya 30 años, la reintegración necesitó su tiempo.

«La selección alemana era mucho más profesional. En la RFA siempre íbamos a los mejores hoteles y recibíamos una atención constante. Ahora es aún más exagerado: los jugadores ya no tienen que hacer nada. Pero en la RDA era distinto», recordaba Ulf Kirsten en una entrevista concedida a la web de la FIFA.

«La RDA habría tenido una selección excelente y habría sido capaz de competir perfectamente a nivel internacional. ¿Hasta dónde habríamos llegado? Eso ya es otra cosa. Lo que sí creo es que, si hubiéramos tenido la oportunidad de disputar otra fase de clasificación para una Eurocopa o un Mundial, nos habríamos clasificado», añadía Kirsten, un delantero que marcó 34 goles en 100 partidos: 49 con la RDA y 51 con la Alemania reunificada.

Por su parte, Eduard Geyer, último seleccionador de la RDA, confesó que le hubiera gustado que «el muro se hubiera abierto tres meses más tarde. Quería ir al Mundial». El sueño que tenían los futbolistas de Alemania del Este de jugar una última Copa Mundial se hizo añicos, cuando por calidad podrían haber tenido un sitio en aquella fase final disputada en Italia.

ÉXITOS COMPARABLES

Y es que hasta en el fútbol hubo espacio para la sorpresa y el matiz a favor del equipo del Este. Amén de que en el Mundial de Alemania de 1974, el 22 de junio de aquel año la RDA superó por 1-0 con gol de Juergen Sparwasser a la República Federal de Alemania en el único duelo en una fase final disputado por estos dos seleccionados -aunque la RFA terminara llevándose el título-, en otro tipo de ámbitos deportivos, la Alemania Oriental fue mucho mayor a su «hermana rica».

Aún hoy suele decirse que la selección de la República Federal de Alemania de la década de los 1970, que conquistó la Eurocopa de 1972 y la Copa Mundial del 1974, es la mejor de la historia del país. Y algo muy similar podría afirmarse del combinado nacional de la RDA, que también vivió su época dorada en los setenta.

En los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, la selección de la RDA se enfrentó al equipo olímpico de la Alemania Occidental, con el billete para el partido por el tercer y cuarto puesto en juego. La RDA venció 3-2 y acabó conquistando el bronce. No obstante, su gran golpe llegó cuatro años después, en Montreal 1976, cuando se colgó la medalla de oro. Con su plata en Moscú 1980, la selección de la RDA completó su colección de medallas en el concurso olímpico.

La DDR Oberliga duró entre 1949 y 1990, aunque quizá su punto de inflexión llegara a mitad de camino. Entre 1965 y 1966, una decena de clubes de la RDA fueron refundados para «profesionalizarlos» y tener un control de estos desde el Estado. Varios equipos como Carl Zeiss Jena, Dynamo Dresden o Magdeburg comenzaron a destacar, logrando la mayoría de títulos en la década de los 70 y siendo habituales en competiciones europeas.

Fue el Magdeburgo quien, en la temporada 1973-74, ganó la final de la Recopa a todo un AC Milan, logrando el primer y a la postre único título internacional de un conjunto de la RDA. Carl Zeiss Jena y Lokomotive Leipzig también estuvieron muy cerca de levantar este título, pero caerían ante Dynamo Tbilisi (1981) y Ajax (1987) en sus respectivas finales.

Después de la desaparición de la RDA, un total de 37 jugadores formados en equipos de Alemania Oriental vistieron los colores de la Alemania reunificada, siendo el defensa Matthias Sammer quien en diciembre de 1990 se convirtió en el primer alemán del este en vestir los colores de la selección alemana, en una victoria por 4-0 sobre Suiza.

«A veces pienso qué habría pasado si no hubiera caído el muro. El hecho de haber podido tomar este camino, también en lo que respecta a mi vida privada, es algo que asumo con humildad y un agradecimiento total. Es casi un regalo divino», subrayaba Sammer, natural de la ciudad sajona de Dresden, ganador de tres títulos de la Bundesliga, la Champions League de 1997 y de la Eurocopa de 1996.

Con Toni Kroos se cierra el círculo de la reunificación, aunque la estrella teutona fuese solo un recién nacido cuando se reunificó su país, o cuando el que era su país ya dejó de existir. Esta es otra Alemania en un contexto futbolístico distinto, pero siempre en una Europa convulsa, por lo que habrá que ver si esta reunificación es preludio de algo bueno... o no.