Amparo LASHERAS
Periodista
AZKEN PUNTUA

De monjas y los fascismos revividos

Carlos Cano cantaba una copla que decía: «En el convento de Santa Rita andan las monjas dale que dale…» Incluso una se volvió loca por un pastel de calabaza. Todavía no hace muchos años, en la alacena de otro convento de Sevilla se encontró un millón de euros que las monjitas habían evadido de lo que ganaban con los cuadros de una hermana pintora muy cotizada en el mercado del arte. En Belorado y Orduña, las Clarisas se han mostrado más rebeldes y han roto con la Iglesia católica. Nada de dogmas de fe. Aunque no lo digan, el cisma va con los tiempos y tiene que ver con negocios inmobiliarios. Las monjas disidentes, de la mano de un obispo sin título y de un barman bilbaíno, reclaman la propiedad del convento de Derio y el Vaticano se niega, aunque el objetivo final de ambos sea el mismo, un interés económico. Además, en este affaire la copla se canta con tono de doctrina divina, de ultraderecha religiosa. Es una pena comprobar como casi todos los episodios o incidentes que ocurren en Europa, por diferentes o esperpénticos que sean, terminan mirando hacia una misma dirección, el fascismo. Igual es porque hace tiempo que la UE se ha convertido en una «trituradora de proyectos progresistas».