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Putin y Kim refuerzan su alianza contra el orden internacional liderado por EEUU

Vladimir Putin llegó a Corea del Norte para una visita de dos días, en el primer viaje del presidente ruso al país en más de dos décadas. Es la última señal de una alianza cada vez más fuerte que preocupa a EEUU y sus aliados asiáticos. Ambos países, los más sancionados del mundo, firmaran un pacto estratégico a todos los niveles, que «no es provocativo ni está dirigido contra otros».

Kim Jong-un y Vladimir Putin firmaron un tratado de asociación estratégica.
Kim Jong-un y Vladimir Putin firmaron un tratado de asociación estratégica. (Sergei ILYIN | AFP)

Vladimir Putin está en Corea del Norte en una visita que responde a la que hizo Kim Jong-un a Rusia en septiembre, cuando el líder norcoreano viajó en su tren blindado al Extremo Oriente de Rusia, para una visita que incluyó paradas en una fábrica que produce aviones de combate y una instalación de lanzamiento de cohetes. Viajó acompañado del ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov; del ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, y de su hombre clave en materia de energía, el vice primer ministro, Alexander Novak. Después todos viajarán a Hanoi, en una muestra de los vínculos de Vietnam con Rusia que probablemente irritará a EEUU.

La visita se produce cuando las tensiones siguen siendo altas en la península de Corea en medio de una mayor preocupación internacional sobre las intenciones del líder norcoreano mientras intensificaba el lenguaje belicoso y desechaba la histórica política de buscar la reunificación pacífica con Corea del Sur.

UNA ASOCIACIÓN QUE AVANZA

El viaje de Putin a Corea del Norte tendrá una agenda «muy agitada», dijo su asistente Yuri Ushakov. Ambos líderes planean firmar una nueva asociación estratégica, un acuerdo que «garantizará una mayor estabilidad en el noreste de Asia». El portavoz de seguridad nacional de EEUU, John Kirby, dijo ayer que la Administración Biden estaba «preocupada por la profundización de la relación entre estos dos países».

La semana pasada, Kim Jong-un elogió el futuro de los «vínculos significativos y la estrecha camaradería» de los países en un mensaje a Putin en conmemoración del día nacional de Rusia el 12 de junio. «Nuestro pueblo brinda pleno apoyo y solidaridad al trabajo exitoso del Ejército y el pueblo rusos», declaró, según el diario oficial “Rodong Sinmun”.

En un artículo para ese mismo periódico publicado ayer, Putin agradeció a Pyongyang haber mostrado su «apoyo inquebrantable» a Rusia y dijo que los dos países estaban «preparados para enfrentar la ambición del Occidente colectivo, impulsando activamente su asociación multifacética y desarrollando mecanismos alternativos de comercio y acuerdos mutuos no controlados por Occidente, oponiéndose conjuntamente a las restricciones unilaterales ilegítimas y dando forma a la arquitectura de una seguridad igual e indivisible en Eurasia».

Cabe recordar que, según el Ministerio de Defensa de Corea del Sur, entre agosto del año pasado y febrero del presente, Pyongyang envió alrededor de 6.700 contenedores a Rusia, que podían albergar más de 3 millones de proyectiles de artillería de 152 mm o más de 500.000 proyectiles de lanzadores múltiples de cohetes de 122 mm. Tanto Moscú como Pyongyang han negado tales transferencias de armas.

BENEFICIO MUTUO

Preguntado acerca de las preocupaciones globales de que Rusia esté considerando transferir tecnologías sensibles a Pyongyang, un portavoz del Kremlin dijo la semana pasada que el «potencial de ambos países para desarrollar relaciones bilaterales» era «profundo» y «no debería causar preocupación a nadie y nadie debe ni puede cuestionarlo».

La decisión de Putin de reforzar los lazos con Corea del Norte también ha sido una bendición para Kim, quien sigue imperturbable ante años de sanciones internacionales por su programa de armas nucleares. La visita de un líder de un país miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU mejorará el estatus de Corea del Norte entre los países que se oponen al bloque internacional liderado por EEUU, proporciona además una señal a la audiencia interna sobre su influencia global, y es una oportunidad de presionar para obtener el tan necesario apoyo económico y tecnológico de Moscú.

CAMBIO DE DINÁMICA

Rusia, anteriormente, había respaldado sanciones e investigaciones internacionales de Naciones Unidas sobre el programa de armas ilegales de Corea del Norte, que incluye incesantes pruebas de misiles balísticos intercontinentales de largo alcance que, en teoría, podrían alcanzar el territorio continental de EEUU.

Pero las crecientes y cada vez más peligrosas fricciones con Occidente parecen haber cambiado esa dinámica. En marzo, Moscú vetó una resolución de la ONU para renovar el monitoreo independiente de las violaciones de las sanciones del Consejo de Seguridad por parte de Corea del Norte.