EDITORIALA

Europa vuelve a corregir al sistema judicial español

Las cláusulas suelo, aquellas que impedían a las personas hipotecadas beneficiarse de las bajadas del euribor, fueron declaradas abusivas en 2013 por el Tribunal Supremo, pero limitaba la devolución de intereses a un año. Una decisión arbitraria que obligó a las personas afectadas a continuar el litigio. La justicia europea dio la razón a los damnificados, pero al Tribunal Supremo le surgieron nuevas dudas que ayer el Tribunal de Justicia de la Unión Europea resolvió a favor de las personas afectadas. Ahora solo falta que el Supremo plasme en una sentencia el criterio de la corte europea.

De acuerdo con los datos de Adicae, en el Estado había alrededor de tres millones de afectados por esta cláusula bancaria abusiva. La mitad, aproximadamente, llegaron a un acuerdo con su banco, bien porque estaban terminando de pagar la hipoteca, bien porque ya la habían pagado. Otro medio millón se acogió al arbitraje del Banco de España. Un falso arbitraje, ya que el regulador se limitó a dar por buenas las indemnizaciones que los bancos proponían. Sobre esta actuación del Banco de España también existen demandas pendientes. Tras un periplo de más de trece años, según las asociaciones de consumidores, alrededor de un millón y medio de afectados se podrán beneficiar de esta nueva sentencia, aproximadamente la mitad de los damnificados inicialmente. Un ahorro nada desdeñable para los bancos, cuya estrategia ha sido alargar deliberadamente el camino para desanimar a los afectados. En esta maniobra ha colaborado la justicia española, planteando constantes dudas a la justicia europea con el objeto de retrasar la devolución, y el Banco de España con ese simulacro de arbitraje. En definitiva, las instituciones del Estado han actuado al unísono para reducir y tratar de minimizar los daños a las cuentas de resultados de los bancos.

Cuando los bancos se apropiaban indebidamente del dinero de los hipotecados, ninguna de esas instituciones dio un paso para frenar un abuso evidente. Sin embargo, cuando se descubrió el timo, todas ellas se volcaron para dar cobertura a la banca. Otro ejemplo más de un Estado comprometido en la defensa de los privilegiados y sus maquinaciones.