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EDITORIALA

La distorsión del debate sobre menores migrantes


Los debates sobre la migración continúan en el centro de la conversación pública. La semana pasada fue el intento de expulsión de un joven saharaui que había pedido asilo político y esta semana son los menores no acompañados. En esta cuestión se hace especial hincapié en la gran cantidad de embarcaciones que están llegando a Canarias, lo que al parecer ha provocado la saturación de las infraestructuras de acogida y ha abierto el debate sobre el reparto de los menores no acompañados entre comunidades autónomas. La obligatoriedad de acoger a un determinado cupo centra un enfrentamiento que poco tiene que ver con la migración hacia Europa.

En este sentido, es clarificadora la entrevista a Ana Elena Altuna de Ongi Etorri Errefuxiatuak que hoy publica GARA. Altuna llama la atención sobre una cuestión clave a la hora de abordar el debate sobre la migración: las fronteras europeas están cerradas para algunas personas, por lo que a menudo las familias migrantes suele llegar separadas. La cuestión no es que los menores viajen solos, sino que llegan aparte, por lo que una de las claves para reducir el número de menores bajo custodia administrativa es que las autoridades pongan medios para facilitar la reunificación familiar, algo que en la actualidad no hacen. Otro tanto ocurre con los datos que se recogen en las fichas de migración. No siempre se recopilan correctamente los datos -con el fin de acelerar la salida de Canarias a los menores se les recomienda mentir sobre la edad- y esas incongruencias tienen consecuencias más tarde, a la hora de matricularse o empadronarse. Una situación común entre muchos menores que viven en Euskal Herria. Y en esos casos, las administraciones vascas suelen optar por no hacer caso a los documentos para no tener que hacerse cargo de los menores, que quedan en la calle, sin protección.

De este modo, la Administración, a la vez que elude sus responsabilidades, va distorsionando el debate sobre los menores no acompañados y fomenta una imagen negativa sobre la migración y los menores migrantes. Reducir el sufrimiento de los menores y encauzar la situación se logrará solo cuando se habiliten vías legales y seguras para migrar.