Miles de personas asistieron ayer a las ceremonias del 29 aniversario de la masacre de 8.000 adolescentes y hombres musulmanes en Srebrenica en 1995, un genocidio al que la ONU decidió hace dos meses consagrar un día internacional de memoria. Esta masacre fue calificada de genocidio por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) y por la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

«Cuando llega julio es difícil. Terminaron así solo porque tenían un nombre [musulmán]», lamenta Mevlida Hasanovic, quien perdió una decena de familiares varones, incluido su padre y su marido. Aún espera «al menos un hueso» de un hermano para que pueda ser enterrado, señaló a AFP. «Cuando llego aquí, siento como si acabáramos de separarnos en Srebrenica», dijo.

Casi 30 años después del genocidio, 6.988 víctimas han sido enterradas, aunque muchos de los restos han sido encontrados incompletos, ya que para encubrir el crimen trasladaron los cuerpos de una fosa común a otra. Se han hallado «87 fosas comunes y seguimos buscando a unas 1.000 personas», declaró a AFP una portavoz del Instituto para los Desaparecidos de Bosnia. Ayer, los restos de Beriz Mujic, encontrados en la zona el año pasado, fueron enterrados junto a su hermano Hazim en el memorial de Potocari, a las afueras de Srebrenica.