04 AGO. 2024 EDITORIALA Diplomacia, atentados y deporte, sucesos de una semana del verano Los veranos son épocas atípicas en las redacciones, porque a la falta de periodistas debido al periodo vacacional se le suele sumar la escasez de noticias. Parafraseando uno de los dogmas de la profesión, no es que no haya un humano que muerda a un perro, sino que por no haber no hay ni perros que muerdan a humanos. Sin embargo, hay semanas en las que esa inercia se revierte de forma espectacular. UN CANJE DE REHENES EN 2024, COMO EN 1985 Por fin Pablo González está libre, y ha sucedido de la forma más inopinada. Solo una fuga hubiera sido más sorprendente que el canje en el que, gracias a la diplomacia rusa, han liberado al periodista vasco. González ha pasado más de dos años preso en Polonia bajo una acusación genérica de espionaje, sin más pruebas que haber nacido en Rusia, hacer preguntas y anotarlo en cuadernos con el objetivo de editar y publicar esa información. Es decir, por hacer lo que hace un periodista, sea estadounidense o vasco, publique en GARA o en “Wall Street Journal”. ATENTADOS DE ISRAEL EN SUELO SOBERANO AJENO El canje de rehenes que esperaba el mundo era entre el Gobierno de Israel y Hamas. En vez de eso, una bomba mataba al líder palestino Ismail Haniyeh en su residencia en Teherán, de viaje oficial para la investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. La víspera moría en otro atentado en Beirut el comandante superior de Hezbolá Fouad Shukr. En un conflicto tan enquistado, eliminar interlocutores tiene más que ver con el deseo de evitar la paz que con la esperanza de ganar la guerra. Israel no hace más que sumar pruebas de sus crímenes de guerra y del genocidio que lleva a cabo contra el pueblo palestino. El sionismo ha perdido la razón y la decencia, y eso terminará por condenarles. El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, aseguró que no sabían nada de los atentados. Su apoyo “ciego” es lo que permite el exterminio. INJERENCIAS EN VENEZUELA, IGUAL QUE EN 1980 Ha habido cosas sorprendentes en torno a las elecciones presidenciales venezolanas. Con dos días de demora, el Centro Carter publicaba un comunicado en el que al final decía que la jornada transcurrió con normalidad y sin certificar irregularidades, pero enumeraba las fallas democráticas del sistema venezolano que ya conocía antes de la votación, alimentando de forma irresponsable las tesis de una oposición violenta y golpista. Si lo que dicen es así, lo honesto habría sido denunciarlo el mismo domingo de elecciones y no ejercer como observadores. Pero hacerlo con normalidad, no detectar nada reseñable y aun así publicar ese informe, es muy discutible. Esa irresponsabilidad tenía precedentes, como las declaraciones del presidente chileno, Gabriel Boric, afirmando que los datos oficiales eran «difíciles de creer». Le debe resultar más fácil creer a María Corina Machado, que dice haber logrado el 70% de los votos. Para colmo, Boric descalificaba a Venezuela desde Emiratos Árabes Unidos (EUA), donde ha firmado un acuerdo comercial con la satrapía del Golfo Pérsico. En Caracas, son principios; en Abu Dabi, intereses. No obstante, Gustavo Petro y Lula da Silva también han demandado que se publiquen las actas. Blinken ya ha nombrado ganador a Edmundo González. Cualquier observador, internacional o local, hubiera acertado esto antes de las elecciones. MINUCIAS CON EFECTOS IMPREVISIBLES En medio de este desaguisado, la declaración ante un juez del presidente español, Pedro Sánchez, y su denuncia contra el juez Juan Carlos Peinado, por prevaricación, pueden considerarse «temas menores». Al igual que las bases de ERC votando a favor, -aunque muy divididas- del pacto para hacer president a Salvador Illa. Los efectos a medio plazo de esos hechos, no obstante, pueden ser igualmente disruptivos. Y afectarán a la sociedad vasca. ETERNA SIMONE BILES Todo esto sucedía en paralelo a los Juegos Olímpicos, donde Simone Biles volvió a conmover al mundo. En medio del caos, por unos pocos segundos, reinó la belleza, mostrando aquello de lo que es capaz el ser humano. En realidad, llevado al límite, es capaz de todo lo ocurrido en esta extraña semana de agosto.