Nueva película de Fernando Trueba; cuenta la historia de cómo Álex es contratada como camarera en un restaurante de una isla perdida de Grecia. Allí conoce a Enrico, con el que hace migas enseguida pero, sin embargo, también conoce al gerente de un restaurante llamado Max, un norteamericano con un pasado intrigante del cual se enamora rápidamente, pero del que pronto también salen secretos a la luz. Un thriller a ritmo de jazz dividido en tres partes que arranca en verano, se enreda en otoño con preguntas incómodas y llega al invierno convertido en una novela gótica.

«Si tuviera que clasificar esta película, etiquetarla, diría que es un suspense romántico», define Trueba. «El primer acto empieza en una Grecia casi tópica, idealizada, pero real, para ir lentamente erosionando esta visión idílica, saboteándola, para finalmente dinamitarla cuando la historia, que ha ido oscureciéndose progresivamente, alcanza el clima de terror del final. Desde el punto de vista de los personajes, el desafío es que la historia de amor no desaparezca en ningún momento. Se trata de una película romántica hasta sus últimas consecuencias».

La música es el hilo que ha unido a Trueba y Dillon: ambos son expertos en música cubana y jazz.